Artículos. Misterios resueltos
El Chupacabras Marisol Collazos Soto



El chupacabras debutó en Puerto Rico (EE.UU.), sus primeras víctimas fueron ocho ovejas, una vaca y un toro. Y aunque las autoridades llegaron a la conclusión de que las muertes habían sido originadas por perros realengos, ya que así se deducia de las mordeduras, hubo quienes las atribuyeron a extraterrestres. Los habituales reporteros de lo paranormal dieron amplia difusión a la idea de un animal misterioso.

El nacimiento del chupacabras, al menos en su edición moderna, se remonta al mes de marzo de 1995, cuando los vecinos de los municipios de Orocovis y Morovis (Puerto Rico) descubrieron que algunos animales de las granjas eran atacados de una forma diferente a la habitual en los animales salvajes o en humanos.

Conejos, pollos, cabras, etc. empezaron a ser encontrados totalmente desangrados, apareciendo los cadáveres con un simple y pequeño orificio, especialmente en el cuello. La plaga se extendió por la isla rápidamente.

Llega a México

El uno de mayo de 1996 un reportaje en el programa de noticias Primer Impacto de la televisión mexicana alertaba a la población sobre mutilaciones de animales en las regiones de Jalisco, Sinaloa y Veracruz, especialmente esta última en las poblaciones de Las Trancas, Tlaliscoyan y Nachital, cuya principal economía es el ganado caprino.

Posteriromente hizo su aparición en Chile, país donde existen antecedentes parecidos, la Lampalehua, una serpiente -para algunos acuática, para otros terrestre- muy arraigada en las creencias mapuches, de unos seis metros de largo, de gran volumen y a quien se le atribuía la habilidad de succionar sangre.

A partir de aquella época todos los acontecimientos relacionados con muertes de animales bajo tales circunstancias se atribuyeron al chupacabras, en opinión de algunos especialistas, se trataba de un fenómeno mediático. Según el experto en folclore de la Universidad de Arizona (EE.UU.), James Griffith, el crecimiento de esta leyenda desde su inicio es "una maravilla de la era electrónica, un invento popular transmitido por la radio, la televisión e Internet". Basta con poner la palabra "chupacabras" en el buscador más usado, Google, para que aparezcan más de 6600 páginas en español, que tratan, la mayoría de ellas sobre este fenómeno de forma irracional.

Viaje a España

El "fenómeno chupacabras" se extendió a otros países como Argentina, Costa Rica , EE.UU. (en Miami) y España. En el verano de 1996 supuestamente llegó a la región española de Euskadi (País Vasco), según los artículos de Bruno Cardeñosa y Javier Sierra, aparecidos respectivamente en las revistas Año Cero y Más Allá, dando lugar a todo tipo de disparates.

Los periodistas esotéricos basaban sus artículos en la información facilitada por la Policia Autónoma Vasca y los testimonios de los afectados. Cardeñosa lanzó acusaciones contra la Policía Vasca de dar un infome con errores y faltando a la verdad. Mientras que Sierra a partir de las mismas fuentes llegó a conclusiones distintas, indicaba que no todas las agresiones se debían al chupacabras, sino que parte eran provocadas por perros asilvestrados y en las que había un agujero en el cuello de la víctima, no se había chupado la sangre, es decir que el "chupacabras vasco" era distinto del americano. Sierra aceptaba como válida, por lo menos en parte, la explicación de la policía, que Cardeñosa daba como falsa. Además indicaba que no había testigos que hubieran visto al chupacabras.

El único nexo entre el chupacabras americano y el surgido en España, era el método empleado en sus agresiones, que lleva a pensar en actividades humanas al margen de la ley. En aquella época apareció una noticia sobre las rencillas entre ganaderos de la provincia de Burgos, contigua al País Vasco, el problema podía deberse a la ausencia de una delimitación clara entre los pastizales de Burgos, Álava y Vizcaya.

Investigaciones

A diferencia de otros mitos, el chupacabras se presenta bajo una forma distinta en cada lugar en que aparece. El único elemento en común es su aptitud para extraer la sangre de los animales, sin dejar más huella que un pequeño orificio en sus gargantas. Esta situación podría explicarse por que América está plagada de seres mitológicos bebedores de sangre, cuyos orígenes se remontan a las poblaciones indígenas y con características regionales.

La revista Skeptical Inquirer se hizo eco de la información suministrada en su día por la agencia británica Reuters, según la cual había sido enviado, por el departamento de Agricultura de Puerto Rico, al lugar de los sucesos un veterinario. Las conclusiones oficiales eran que los animales habían muerto en circunstancias normales y que, contrariamente a lo difundido en los medios de comunicación, no estaban secos de sangre.

Cuando el chupacabras apareció en México, un equipo de científicos estudió los sucesos, siendo atrapados diversos perros salvajes. En Florida (EE.UU.), instado por las autoridades locales y rodeado por los medios de comunicación, un profesor veterinario de la Universidad de Miami, Alan Herron, abrió una cabra atacada supuestamente por la bestia, para demostrar que había sido meramente mordida, y que no se le había chupado la sangre. Para el profesor Herron se trataba solamente de ataques por parte de perros salvajes.

Otra hipótesis es que el chupacabras se trata de un ave procedente de Puerto Rico y Colombia. Su nombre es "KEA" y es un pájaro grande,de unos 70 cm. de altura, muy parecido al perico. En su tierra natal, su dieta consistía en una planta de la región, muy parecida a la coliflor o a la planta del algodón. Se supone que llegó a México a través de un traficante de animales y una vez en territorio nacional, el KEA y sus crías escaparon del cautiverio y buscando alimento confundieron a los borregos, con la susodicha planta. Con el paso del tiempo, se convirtieron en hematófagos, por lo que empezaron a atacar a otras especies pequeñas como chivos, perros, cabras, etc.

Sólo existe para los pseudocientíficos

Lo que está claro es que el chupacabras sólo existe en la imaginación popular y en las publicaciones pseudocientíficas, pero no en la realidad. Según el estudio realizado por Ramiro Ramírez, veterinario de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, "no es más que otro digno producto del pensamiento populachero. Para el sociólogo Roger Bartra los mexicanos tuvieron un tema de plática diaria y luego un recurso para hacer chistes, como representar a Carlos Salinas, que absorbe mucho del descontento popular. Mucha gente cree que fue un invento del gobierno o de Televisa para desviar la atención de los graves problemas del país.

Como caso curioso sucedido en México se puede citar el de una enfermera que vivía en una localidad cercana a la capital,y que se decía había sido atacada por el chupacabras. En realidad se cayó y se fracturó el brazo, pero sus gritos solicitando ayuda fueron mal interpretados por su abuela y los vecinos que, al acudir, vieron una forma alada negra. Se trataba únicamente de una bandada de golondrinas, pero el rumor ya corría. En otro incidente mexicano, un hombre que declaró haber sido atacado por el chupacabras, confesó más tarde que había querido únicamente encubrir su participación en una reyerta (Los Angeles Times, 18 de Mayo de 1996).

Respecto a Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) difundió el informe encomendado a la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), de Tandil, donde se concluye que los estudios efectuados sobre animales muertos y mutilados determinan que los decesos se produjeron por causas naturales y las lesiones fueron provocadas por animales predadores, entre los que se destaca un ratón del género Oxymycterus, conocido como "hocicudo rojizo", cuya población ha crecido recientemente y ha cambiado sus hábitos alimentarios.

El informe de la investigación policial en España, dejó claro que los animales muertos no fueron 100, como indicaban los periodistas pseudocientíficos, sino la mitad, estando explicados todos los casos por la agresión de cánidos asilvestrados y domésticos entre los montes Arbalitza e Iso, excepto uno que fue un caso de herida punzante en el cuello en una yegua. Incluso los dueños de los perros identificados como agresores pagaron indemnizaciones.


Bibliografía:

Cardeñosa, Bruno (1996) "El chupacabras ataca en el país vasco". Año Cero (Madrid), nº 75, 40-42

Documentos ARP

Gámez, Luis Alfonso (1999) "El viaje Transatlántico del chupacabras", El Escéptico, Verano 1999, 58-63

Sierra, Javier (1996) "¿Ha llegado el chupacabras a la península Ibérica?". Más Allá (Madrid), nº 92, 50-56

Tood, Robert Diccionario Escéptico


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