Artículos. Magufos y criminología
Es hora de que la ciencia se pronuncie en contra de las supersticiones populares



Como investigador de afirmaciones relacionadas con lo inusual, estoy acostumbrado a enfrentarme a ejemplos increíbles de pensamiento medieval en pleno siglo veinte. Creo fuertemente que esta situación continuará en el tercer milenio.

Adonde sea que veamos encontramos inclinaciones anticientíficas y creencias en lo inverosímil, y el espectro es amplio. Jueces federales han acariciado la idea de que los demonios pueden ser la causa que explique las actuaciones de algunos asesinos en serie especialmente susceptibles. Investigadores diligentes creen haber encontrado código ultrasecreto en los discursos del expresidente de los EE. UU. George Bush, después de haberlos oído al revés, lo que les llevó a la conclusión de que el expresidente había revelado inconscientemente este tipo de información a los adversarios de los EE. UU. Millones de estadounidenses creen que las enfermedades causan bacterias (no al revés) y están convencidos de que la muerte es una aberración. Este tipo de personas se denominan Científicos Cristianos.

Ciertamente los norteamericanos no están solos con su credulidad. En China, un buen porcentaje de gente visita hospitales qi gong en busca del diagnóstico y tratamiento de un místico que ni siquiera los toca, lo único que hace es mover sus manos alrededor del paciente. Lo más notable es que si el paciente no puede acudir en persona a ver al experto, lo que hace es mandar una carta con su nombre escrito en ella, y con esto el místico hace el diagnóstico y da a conocer la cura: Un exótico baile "mano y cuerpo" que está diseñado para "restablecer el balance entre el ying y el yang", desde cualquier distancia. En las Filipinas, miles de visitantes se agrupan anualmente para que artistas en la prestidigitación aparenten meter sus dedos dentro de sus cuerpos para sacar tumores cancerosos. De la misma forma, estos "sanadores" meten bien los dedos dentro de las cuentas bancarias de sus pacientes.

En la actualidad, la ciencia alemana está llena de curiosidad con su emocionante descubrimiento de los "rayos E", de los cuales se dice vienen desde muy profundo dentro de la tierra, son cancerígenos y no pueden ser detectados por ningún instrumento científico conocido. Afortunadamente sí pueden ser percibidos por ciertos individuos que para este fin utilizan una horqueta de sauce, similar a las utilizadas para "detectar agua bajo la tierra"; o bien un péndulo (3). Televidentes rusos creyentes colocan botellas con agua encima de sus televisores todas las mañanas para que un "sanador de fe" cargue los contenidos de esas botellas con poder curativo, vía Canal Seis. En Finlandia y Suecia, Rudolph Steiner un maestro privado, caro y reconocido por el gobierno, le enseña a sus alumnos nociones antroposofistas para hacer horóscopos y creer que espíritus habitan árboles y rocas.

Departamentos locales de policía alrededor del mundo entero consultan regularmente a clarividentes, de quienes confían obtener pistas sobrenaturales en casos difíciles de resolver. En Washington D.C. cada semana grupos de creyentes expectantes se sientan para frotar cucharas y doblarlas con el poder de la mente. Pagan $30 por media hora de este ejercicio estimulador de la inteligencia. Los televidentes nocturnos de los EE. UU. pueden llamar a un número de teléfono a través del que recibirán, por determinado precio, consejos acerca de su futuro emitidos por un adivino a quien conocerán sólo por teléfono, y que es presentado por el "super psíquico" israelí Uri Geller. Devotos de las técnicas de la meditación se sientan por horas interminables en posiciones yoga; en "ashrams" rebotando sobre colchones y tratando de volar con el poder de la mente.

Dadas mis experiencias de éstos y otros cientos de ejemplos horrorosos de credulidad humana, la idea de agentes extranjeros oyendo discursos presidenciales al revés para sacar códigos secretos no es muy sorprendente. Los récords de locuras tampoco son impresionantes. Los "policías psíquicos" han sido investigados científicamente y probado ser completamente inútiles, obstruyendo de hecho las investigaciones. Aun así siguen floreciendo, son consultados por oficiales de la ley y promovidos profusamente por la prensa. Las cucharas han logrado gran brillo después de ser vigorosamente frotadas, pero no se doblan a menos que se les aplique un poquito de fuerza física verdadera, sin embargo eso no interfiere con las reuniones semanales de creyentes en Washington. Los "voladores" de la Meditación Trascendental gastan cada uno $5.000 o más para aprender cómo rebotar en un colchón de hule, pero nunca alzan vuelo. No hay evidencia contra las pretensiones trascendentales que vaya a enfriar el fervor de los creyentes.

Una vez se creyó que Uri Geller, antigua superestrella psíquica, podía doblar cucharas con el poder de la mente. De hecho fue él quien atrajo la atención del Alto Mando del Pentágono (siempre alerta a los últimos avances de la ciencia) hacia este truco. La habilidad de Geller fue respaldada incluso por un pequeño grupo de científicos, quienes ahora se muestran algo reticentes a discutir el asunto. Este "talento extraordinario" y su "valor social", del que podríamos tener alguna dificultad para apreciar, fue la causa del entusiasmo de los frívolos talk shows y de las reuniones de cóctel de los ricos ociosos de la mitad de los años 70.


¿Por qué gente de todas las culturas se aferra tan ansiosamente a inverosimilitudes obvias que deberían haber sido abandonadas junto con las supersticiones que caracterizaron al oscurantismo? Parte, pero no toda la explicación, se encuentra en la aceptación y promoción acrítica que de estas ideas hacen los medios de comunicación, personalidades y dependencias gubernamentales. El Alto Mando del Pentágono acude regularmente a las reuniones semanales para doblar cucharas con la mente que se llevan a cabo en Washington. El gobierno alemán pagó en 1.990, 400.000 marcos para contratar a los expertos en el uso de horquetas de sauce o péndulos para que buscaran los mortíferos "rayos E" (aceptados como reales por las autoridades) de tal forma que oficinas gubernamentales y hospitales pudieran ser reubicadas lejos del paso de estos rayos. El Senador Clairborne Pell, de Rhode Island, Presidente del poderoso Comité de Relaciones Exteriores, ha pedido al Congreso norteamericano sumas enormes de dinero para financiar la investigación acerca de lo sobrenatural, temeroso de que los científicos rusos estén adelante de los EE. UU. en estos temas tan importantes. Hasta hace poco Pell pagó los servicios de un asistente especial, con carácter de trabajo ultrasecreto, que se dedicó a tal investigación de lo sobrenatural con un salario de $49.000 al año Y cómo podríamos olvidar a un expresidente de los EE. UU. y su Primera Dama, quienes acomodaban incluso sus horarios oficiales de acuerdo con los consejos de un astrólogo de San Francisco (California, EE. UU.).

Pareciera haber cierta cualidad de la mente humana que le pide a su usuario que se embrutezca de vez en cuando. Algunas veces esta condición se vuelve permanente, parte de la personalidad de la víctima. Se podría pensar que este padecimiento es común en los extranjeros o en el otro: En el otro género, en la otra edad o en la otra civilización; pero no es así. En todos los registros de la historia de cada cultura en el mundo, ayer y hoy, encontramos ejemplos excelentes de creencias, prácticas, teorías y actitudes absurdas que varían solo en el nombre, la magnitud o el sabor.


Por lo general, los OVNIS demuestran ser fenómenos meteorológicos corrientes o ilusiones ópticas comunes; sin embargo los creyentes suponen que son visitantes extraterrestres, los cuales también fueron reportados en la antigua China, sólo que ahí tomaron la forma de cualquier cosa menos la de las naves espaciales tan populares en la actualidad. La versión oriental fue un dragón, con exhalaciones de fuego y todo. No hubo una versión asiática de Julio Verne. Las descripciones tan elocuentes de estos monstruos gigantes parecen demostrar a los occidentales la ingenuidad encantadora de esas extrañas gentes crédulas que tienen esa forma tan curiosa de escritura. De alguna forma, los dragones me parecen más probables que las naves espaciales. Sin embargo, no tenemos ningún reparo en escuchar seriamente los cuentos que nos narran hoy en día en nuestros propios periódicos, excéntricas damas que describen la manera detallada en que unos pequeños extraterrestres con ojos de insecto les revisaron sus genitales a bordo de un OVNI, de camino a Alfa Centauro. ¿¡Pero dragones!?

No hace mucho, al mundo se le presentó a través de la televisión, una película en blanco y negro que pretendía mostrar la disección de un extraterrestre. La cadena de televisión que transmitió la película pagó una suma reportada de $100.000 por este milagro de la cinematografía, el cual de hecho fue recibido por los seguidores del fenómeno OVNI como la prueba tanto tiempo buscada de la existencia de seres extraterrestres. La película estaba tan inherentemente viciada, que incluso me asombré por el hecho de que cualquier persona la aceptara. Esta película, que pudo haber cambiado el curso de la historia, ha sido ahora relegada a la vasta galería de errores avergonzantes.

Las leyendas indias norteamericanas del Sasquatch, un humanoide gigante, también se cuentan entre los residentes de los Himalayas, China, Siberia, Wisconsin, Carolina del Norte y Canadá, en sus versiones regionales. La bestia también se podría llamar "Yeti", "El Abominable Hombre de las Nieves", "Pie Grande" o incluso Gigantopithecus, pero aparentemente ninguno de los miembros de esta especie deja nunca evidencia a su paso, ni restos orgánicos cuando muere. Nunca se han visto ejemplares juveniles y nunca se ha producido ni un fragmento de evidencia que pruebe su existencia. Ya se han expuesto y admitido muchos engaños relacionados con Pie Grande, pero la creencia crece cada día.


Hay un fenómeno natural que parece haber sido descubierto independientemente por civilizaciones distintas. La caminata sobre fuego se ha conocido en Japón, Sri Lanka, India, Hawaii y en varias partes de África mucho antes de que éstos lugares entraran en contacto entre sí. El hecho de que este fenómeno haya sido explicado adecuadamente no ha hecho nada para que sea removido del repertorio mágico de esas culturas, y ciertos de los hoy populares "movimientos motivacionales" se fundaron precisamente en estos descubrimientos.

No resulta difícil imaginar que un grupo letrado de egipcios primigenios había descubierto, mediante la observación paciente y el mantenimiento de registros, que el Río Nilo se desbordaría e inundaría la tierra en ciertas fechas, dentro de intervalos calculables por un sistema que sólo ellos conocían. Suponiendo (de forma muy segura, creo) que éstos listos planificadores estaban movidos por la misma sed de riqueza y poder que sus descendientes a nivel mundial experimentan hoy en día, una extrapolación ulterior de sus probables acciones podría sugerir que anunciaban que la alarmante probabilidad de que la crecida del Nilo fallara y no alimentara las cosechas de la próxima temporada era inminente, a menos de que ellos celebraran las ceremonias apropiadas en los templos. ¿Qué tipo de amenaza arrancaría más donaciones generosas de la comunidad campesina, sino de los mismos gobernantes de Egipto? De esta forma, o de una forma muy similar surgió el primer sacerdocio, y parece que nosotros todavía no nos hemos recuperado de la innovación.

Incluso hoy, cuando podríamos esperar que la India moderna, con sus grandiosas contribuciones a la ciencia y las matemáticas, estaría libre de creencias en ideas medievales, hay una creencia extendida en la astrología y otras formas de magia en general. De hecho existe todo un culto internacional generado alrededor de un "baba" en la India, quien realiza (como un milagro) el mismo truco viejo de la "ceniza sagrada", el cual siempre ha sido ahí parte del repertorio de los artistas callejeros. El "baba" también materializa relojes de pulsera para espectadores especialmente importantes o generosos, y las películas que se han tomado acerca de estas "materializaciones" revelan muy fácilmente los métodos convencionales de prestidigitación que se utilizan en ellas. Dicho "baba" es tratado por el gobierno hindú como una persona con un importante poder político y sus "milagros" son aceptados por personas de muy variada procedencia educativa. Pero sus trucos son esencialmente los que utilizaban también los truhanes de la Europa medieval para subsistir.

En África, como desde hace siglos, doctores brujos "sacan la espina" de las heridas y otras áreas afectadas del cuerpo de sus clientes mediante simple superchería. En el otro lado del mundo, los brasileños buscan los mismos servicios de sus curanderos, mientras que los estadounidenses y británicos ricos viajan en jet a las Filipinas para que a través de conjuros les aparezcan, aparentemente de sus sobre alimentadas barrigas, tripas de pollo, con tarifas astronómicas por hora.


Todo es la misma superchería, sólo que con diferentes nombres y pronunciaciones. En los EE. UU. nos gusta llamar, al equivalente local de los procedimientos que se han mencionado hasta ahora, "quiropráctica", "terapia del color" u "homeopatía", y en este país se hace con batas blancas y vistosidad instrumental y técnica, lo que produce valor agregado a su costo y credibilidad.

Algunas veces las tonterías enlatadas nos llegan importadas y se nos venden sin mucho cambio. En un anuncio corriente de una revista norteamericana de Kung-Fu, con el título "¡Domine el Poder!", se lee lo siguiente:

"Mueva objetos sin tocarlos, sólo con el Poder Chi. Mueva objetos sólo con sus ojos. Levante un tazón de agua con el Yin Chi. Repela a los pájaros y a los perros sólo con sus ojos".

Estos cursos para hacer milagros se venden por correo alrededor del mundo. No existe evidencia de que estas acciones milagrosas hayan sido alguna vez demostradas, pero los vendedores saben que los clientes nunca se quejan cuando se dan cuenta que han sido estafados. Las víctimas nada más miran alrededor para encontrar una nueva forma de botar su plata y su tiempo.

El yogi Maharishi Mahesh ha prometido enseñar a sus devotos poderes milagrosos. El desafío al peligro y a la muerte, como se expresa en los "siddhis" de la antigua mitología hindú, originó las afirmaciones de poderes milagrosos que se decían iban a ser concedidos a personas ilustradas, pero que ahora están adoptados y son ofrecidos ávidamente por el Movimiento de Meditación Trascendental, a clientes que pagan por ello. Además de la levitación, dichos poderes incluyen también la invulnerabilidad. He visto la "levitación" trabajando, y lo que parece son gentes jóvenes haciendo sus imitaciones de ranas enormes. Es mucha brincadera en posiciones incómodas, pero no es vuelo. En lo que a la cuestión de "invulnerabilidad" se refiere, he ofrecido probarla con cualquier miembro de la Meditación Trascendental que la haya logrado dominar. Se requiere un equipo muy sencillo para mi prueba: un bate de béisbol. Esto es aplicación del sentido común a la credulidad no común.


Es evidente que mucha de la culpa de que tanta gente acepte la pseudociencia y el engaño puro, la tienen nuestros sistemas educativos que han fallado a la hora de familiarizar a la gente joven (en una etapa temprana del proceso educativo) con los fundamentos del pensamiento crítico. La mayoría de personas no tienen la menor idea de que la ciencia es un proceso lógico simple de descubrimiento de verdades relacionadas con el mundo en el que vivimos. La noción de ciencia que se maneja comúnmente es que ésta es algún conjunto de reglas extrañas, una religión en la que se habla álgebra o un grupo mágico de encantamientos y hechizos. Pues no es así, y el hecho de que la ciencia sea malentendida hace que sea más temida que respetada. Los legisladores que actúan presionados por grupos religiosos que predican la aceptación ciega en vez del examen de la evidencia, no alientan la aproximación científica de los acontecimientos.

De la misma forma, la comunidad científica tiene la culpa. Cuando un inventor de Mississipi recogió las firmas de cerca de 30 científicos con grado de Ph. D. (la mayoría de ellos físicos) en un documento que atestiguaba que había descubierto una máquina legítima "sin energía" (esencialmente un aparato de movimiento eterno), y cuando la Oficina de Patentes de los EE. UU. le otorgó a otro inventor una patente de un "motor permanente de imán" que no necesitaba entrada de corriente; hubo poca reacción al respecto por parte de la comunidad científica. La farsa de la fusión en frío hubiera sido arrojada al montón de basura desde hace mucho, pero el miedo comprensible por las acciones legales que tomarían sus seguidores ha silenciado a los que se oponen a esta farsa. El Instituto Nacional de Salud de los EE. UU. otorgó treinta donaciones a varios proyectos de "curación alternativa", algunos de ellos de muy cuestionable mérito. Entonces invitaron a un equipo de practicantes chinos para que exhibieran ante el personal una serie de acrobacias de carnaval, que fueron mostradas como ejemplos de poderes místicos. Todos los trucos consistían en rutinas comunes, sustraídos directamente de los repertorios de los charlatanes.

Estas pretensiones absurdas, junto con las pretensiones absurdas de los que utilizan las horquetas de sauce y los péndulos para detectar "rayos E"; las pretensiones de los homeópatas, las de los chapuceros de la terapia del color y las de los dobladores psíquicos de cucharas pueden ser probadas directa, definitiva y económicamente y luego desechadas si fallan las pruebas. La plata que se le otorgó a la NIH pudo haber sido últimamente empleada en un proyecto de largo plazo ¿Por qué se ha ignorado este proceso?

La aceptación de las tonterías como simples aberraciones inofensivas puede resultar peligrosa para nosotros. Vivimos en una sociedad internacional que está expandiendo los límites del conocimiento con una rapidez sin precedentes y no podemos quedarnos con un mucho más que una pequeña porción de lo que tenemos disponible para nosotros. Mezclar nuestra entrada de datos con nociones infantiles de magia y fantasía sería estropear nuestra percepción del mundo que nos rodea. Debemos llegar a la verdad, no a los fantasmas de los sin sentidos ya muertos.

Con el riesgo de ser insoportablemente realista, debo decirles que Elvis Presley está realmente muerto, el cielo no se está cayendo, el movimiento eterno es una quimera, la fusión en frío es un tipo muerto, la tierra no es plana, y finalmente la culpa de lo que nos sucede no la tienen las estrellas, sino nosotros mismos.

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