info
Gracias por visitar La web de Maco048.

Artículos: Penal, pena de muerte, prisión perpetua

El gran dilema: pena de muerte o prisión perpetua o penas máximas



Cuando surge la polémica, pena perpetua o pena de muerte como la única opción o como el único camino que conjura que nunca mas se cometerán más delitos de la misma naturaleza razón por lo que se concibe tal castigo; algunos con pensamiento simple o quizás populista, parecen olvidar de manera mas que intencionada que la prisión perpetua equivale a pena de muerte, y que las penas máximas están sujetas a las siguientes condiciones: "el cumplimiento riguroso de la pena", los años que se impongan para el cumplimiento de la misma, los años de vida del condenado y la expectativa de vida de cada país.

De manera pues, que al considerar una pena máxima por citar un ejemplo: de 90 años, a una persona que tenga una edad de 30 años y cuya expectativa de vida en ese país sea de 80 años, equivaldría casi a una prisión perpetua en el mejor de los casos, porque la posibilidad de que esta persona sobreviva con plena salud y vigorosidad es limitada por el paso del tiempo y el deterioro propio cronológico que tiene todo individuo, acuñado con el impacto de un encierro prolongado.

De igual manera tampoco se atienden los criterios y experiencias de los profesionales relacionados en este campo, quienes coinciden y así lo demuestran diversos estudios, estas personas infractoras de la ley no le temen al castigo, si fuese así no cometerían esa conductas, eso es lo que sucede en las personas promedio, que acatan las normas y por ello se someten a ellas.

El infractor en delitos graves, (asesinos en serie, psicópatas, pedófilos en serie) es todo lo contrario, precisamente lo que le excita es esa conducta que transgrede, no hay un miramiento hacia las consecuencias, de hecho dan por cierto que nunca se les detectará, que no serán nunca visibles ante la justicia, otros por tanto suelen llevar una doble vida, se muestran como la persona normal, encantadora ante los ojos de la vecindad, no despierta nunca una sospecha, ese es su arte saber manipular, que el otro escuche lo que el quiere oir o ver, por ello planean a cada segundo su estrategia de acuerdo a lo que pretendan.

También hay que aclarar que no todos los pedófilos tienen comportamientos altamente agresivos, se documentan distintos tipos de patrones de comportamiento, hay quienes sólo se satisfacen con observar por ejemplo, y hay quienes sólo con escuchar la voz del menor se estimulan, pero hay otros que necesariamente requieren del contacto con el menor y otros que lo único que les proporciona estimulación es sentir el miedo y el dolor que experimenta el menor; también cabe aclarar que no todo psicópata llega a ser un asesino en serie.

Ello conlleva a que la consecuencia jurídica deba ser proporcional a la conducta cometida por el infractor. Por ello no se puede decir que a todo pedófilo se le debe imponer la pena perpetua o pena de muerte, o a todo agresor o a todo psicópata "deben ir al mismo cuartito y con la misma medida". No estoy defendiendo a quienes se apartan de la ley aclaro, solo explico el porqué de las medidas que se suelen tomar en estos casos.

Por ello, es vital que el acto de la sanción sea sólo aplicable por el cuerpo de justicia, porque se actúa de acuerdo a la normas de cada país, porque es una sanción no visceral, pero si con la garantía de que se deberá cumplir y para ello se tomarán todas y cada una de las medidas que se han de considerar de acuerdo a la ley y al cumplimiento procesal que se aplique a cada caso.

Estudios científicos en el ámbito penitenciario han evidenciado secuelas psicológicas como por ejemplo: neurosis, resentimiento, aislamiento, disminución de la autoestima y de la capacidad de creación, del sentido de la responsabilidad y de realidad, además de alteraciones sexuales, dejadez, comportamientos rutinarios y la búsqueda de un beneficio inmediato". Todo esto convierte a las penas de encierro en crueles, y fácilmente equiparables a lentas y prolongadas torturas, las cuales son concebidas y de las cuales se ha consensuado en la "Convención contra la Tortura, u otros Tratos o Penas Crueles e Inhumanas y Degradantes", que en muchas constituciones y códigos penales y tratados en temas sobre derechos humanos se encuentran reconocidas como conductas prohibidas.

Algunas cárceles en especial mención a las de Latinoamérica tienen serias particularidades, como son por citar pequeños ejemplos: el maltrato a los presos, la violación de derechos humanos, escasa o nula intervención de equipos interdisciplinarios, lo que imposibilita la rehabilitación y posterior reinserción, de igual manera en algunos lugares de reclusión se evidencian grados máximos de hacinamiento y deficientes normas de seguridad, y de aislamiento a los reclusos de alto riesgo, lo que convierte estos lugares en escuelas de perfeccionamiento del crimen, por tanto en verdaderas bombas de tiempo.

Este tipo de penas quedan hoy reservadas para los pobres que no cuenten con una adecuada defensa" en virtud de lo fácil que resultaría para una defensa adecuada atacar judicialmente este tipo de imposición de penas; cuando la verdadera intención de la sociedad en su conjunto lo que pretende es la sanción pronta, oportuna y proporcional al daño que ha causado aquella persona que ha osado actuar con aquella conducta consensuada como prohibida por el estado. Por tanto la finalidad de la sanción penal es el castigo para que el infractor de la ley, que éste no vuelva a realizar más hechos delictivos y que además la sociedad se inhiba de infringir la ley por las mismas consecuencias que ello conlleva.

Surge entonces la cuestión ¿que hacer entonces con determinados delitos que son demasiado sensibles para la sociedad? como son: aquellas conductas pedófilas, o de violencia sexual, agresores u homicidas en serie o en masa, etc..

Entonces ¿cómo hallar el equilibrio entre dos extremos? purgar la pena, responder ante la víctima por aquellos actos y resarcirse como hombre que tiene a su lado una familia que también espera una oportunidad para él y su familia.

Bien, al analizar este tema tan complejo por la misma sensibilidad del mismo, hay que manifestar que en la práctica no hay una tendencia a la generalidad de psicópatas o agresores en masa, es decir que son patologías o conductas que no se producen con tanta frecuencia, son fenómenos de comportamiento muy puntuales, es por ello que cuando se reconoce al infractor con conductas tan marcadas hacia la violencia extrema, o hacia la pedofilia en serie, provoca tanto encanto en los medios de comunicación y venden la sensacional historia una y otra vez, porque lo raro causa el morbo de una audiencia que con frecuencia no escucha todos los días que se cometan ese tipo de comportamientos, ello causa miedo masivo lo que provoca que se replantee una y otra vez sobre las medidas a tomar ¿si son adecuadas o no?, y en otras circunstancias a estimular a la población para que se tomen medidas extremas como máxima garantía para que no se cometan más ese tipo de delitos. Así que ello provoca alineamientos sin una adecuada información hacia tales "argumentos".

Pero para quienes plantean este tipo de medidas, por ejemplo pocas veces analizan en público la situación real de los sitios de reclusión y que tales medidas, llevan aparejada más hacinamiento y todos los problemas que ello conlleva, o la necesidad de construir más cárceles, porque a medida que la sociedad avanza se sensibiliza hacia la condena de más conductas a sancionar, pero ¿en qué condiciones? o ¿bajo qué criterios se han de purgar las penas?, poco se habla masivamente porque esto es responsabilidad también del estado y ello requiere de grandes inversiones que incluyan nuevas tecnologías, además propuestas de estudios científicos, que sin duda sugieren una gama de medidas que han de concretarse hacia el caso y la persona concreta; ello supone afrontar nuevos contextos en cuanto a la sanción y de igual forma permiten ahondar en busca de nuevas medidas, no hay que olvidar que hay que potenciar recursos humanos y de infraestructura y esto se traduce en dinero que se debe apreciar bajo la óptica de inversión. Por ello hay que ser consciente que sobre cada medida que se tome sobre el reo, porque la prisiones no pueden ser nunca aquellos lugares a los que se lleva al imputado y cerrada la puerta botada la llave, y lastimosamente en eso se traducen algunas propuestas que parecen pensadas con los pies y no con la razón y la lógica.

También la sociedad debe asumir un papel protagonista, denunciar todo aquello que estime que violenta derechos, porque para que el sistema funcione se requiere la sensibilización del ciudadano que denuncie aquello que observa como extraño o como vulneración de derechos. Porque en algunos casos a lo que realmente teme el agresor es al rechazo familiar y del colectivo.

Y todo ello se debe articular, estado, sociedad y seguridad, para que se actúe de forma rápida y oportuna y no se dé lugar a la impunidad.

Marisol Collazos Soto