Siguiendo la prosperidad que están alcanzando los viajes de turistas al espacio, miles de personas en el mundo han realizado una insólita supuesta inversión: comprar parcelas de terreno en la Luna. Sólo en Argentina, más de 2000 personas han pagado por un lote en el satélite, como es lógico se trata de una estafa.
El periodista Hernán Zin ha recogido a lo largo del mundo y durante los últimos dos años el testimonio de mujeres que, con su labor, su trabajo y su esfuerzo, intentan hacer frente a desigualdades y cambiar el mundo en el que viven.Cada capítulo de esta serie se centra en la labor realizada por una mujer, en países como el Congo, Afganistán, India o Kenia.
«No violan por placer sexual. La violación es una cuestión de poder y control. El violador se quiere sentir superior, que te controla. Cuando te viola, siente que tiene el poder». Así comienza el vídeo centrado en la labor de Margaret Mbatia, una keniata responsable de I’m Worth Defending, una ONG dedicada a enseñar a las mujeres del barrio de chabolas de Korogocho, Nairobi, defensa personal para hacer frente a las agresiones sexuales.
El proceso de instrucción no solo enseña a las mujeres repeler el ataque, si no bien al contrario, intentar evitarlo en primer lugar con la palabra, controlar la situación, y si no, zafarse con las técnicas de defensa. Más allá de las llaves y golpes, el mensaje de Mbatia, y es que la sociedad se involucre en la prevención y denuncia de las agresiones, y hombres y mujeres denuncie al agresor y no protejan.
Capítulos de la serie Mujeres que cambian el mundo :
– Primer capítulo: Gloria Company, Afganistán.
– Segundo capítulo: Alison Saracena, India.
– Tercer capítulo: Valerie Browing, Etiopía.
– Cuarto capítulo: Agnes Peregio, Kenia .
– Quinto capítulo: Margarita Barrientos, Argentina .
– Sexto capítulo: Honorine Bunyole, Congo.
– Séptimo capítulo: Margaret Mbatia, Kenia.
La serie ‘Mujeres que cambian el mundo’ es un proyecto apoyado por Mundo Cooperante.
No diga congelar el salario mínimo, diga “[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]”. No diga violencia machista, diga “violencia en el entorno familiar”. No diga recesión, diga “tasa negativa de crecimiento económico”. No diga copago ni mucho menos repago: es un necesario “ticket moderador”. No diga recortes, diga “reformas”. No diga empleo precario, diga mejor “minijob”. No diga abaratar el despido, diga “flexibilizar el mercado laboral”. No los llame patronal o empresarios, llámelos “emprendedores”. No critique las rebajas fiscales a los más ricos, son “ayudas a los ahorradores”.
No hable de regalar dinero público a la banca con un banco malo, se trata de “facilitar la gestión activa del patrimonio dañado de las entidades financieras”. No cuestione un gabinete de puerta giratoria, con los lobbies en el Consejo de Ministros: alabe su preparación empresarial. No critique a un ministro de Defensa que ha pasado los últimos 16 años a los dos lados del misil –comprándolos desde la Administración o vendiéndolos desde las fábricas de armas–; elogie su “experiencia en el sector”. No recuerde a Lehman Brothers, sus directivos nunca han sido responsables de lo que pasó.
No prometa ante la Constitución, mejor jure ante la Biblia. No hable de Estado aconfesional, elogie a dios como “legislador del universo”. No lo llame matrimonio, que las peras son peras, las manzanas son manzanas y la mujer-mujer es alcaldesa de Madrid. No diga Educación para la ciudadanía, diga mejor religión. Y deje de culpar al Gobierno del paro, de la situación económica o de la lluvia, que eso es cosa del pasado: ahora es culpa de la “herencia recibida” de la “hemorragia de la deuda”, de la “coyuntura económica general” y de la “crisis internacional”.
Fuente: Escolar.net