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Un retrato puede ser la vía para lograr justicia (Colombia)

Raúl* tenía 13 años cuando fue víctima de abuso sexual. Nunca ha entendido por qué le sucedió esa tragedia. En busca de justicia, el menor y su familia debieron enfrentarse de nuevo a la imagen de su victimario.

En una hoja en blanco se dio ese reencuentro. Sólo así se pudo lograr la captura del violador, quien tras una sentencia en su contra purga condena en una de las cárceles de Bogotá.

Una serie de reuniones con especialistas del DAS en temas de retratos logró concretar ese caso, uno de los que más conmocionó a la capital de la República.

Manuel* fue quien ayudó al pequeño Raúl para lograr algo de justicia. Él está en el grupo de 80 científicos dedicados a la investigación criminal en el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), quienes hacen de esta estructura una que bien puede asemejarse a la que se ve en la serie estadounidense Crime Scene Investigation (CSI).

A través de inteligencia estratégica, complementada con tecnología de punta, los científicos pueden resolver delitos complejos que a diario registran los medios de comunicación nacionales.
CSI colombiano

El ‘CSI colombiano’ (grupo de criminalística del DAS) es dirigido por la investigadora Lucía de Tatis. Dentro de sus responsabilidades tiene el reto de identificar por medio de retratos hablados a homicidas, abusadores sexuales y otros criminales.

En esa tarea es apoyada por forenses que tienen como misión brindar apoyo técnico-científico a los procesos judiciales, labor que complementan con estudios físicos, químicos, balísticos, grafológicos y de identificación.

Todas estas funciones pueden ser resumidas en la tarea más difícil en la criminología: la identificación humana.
Retratos hablados

Lucia de Tatis argumenta que en el laboratorio de identificación humana hay cuatro expertos en elaboración de retratos: “Dentro del perfil de los investigadores está el tener un sexto sentido”, dice y añade convencida que “debe bastar con una sola palabra, así sea una sencilla, para que puedan ir tras una pista”.

Según Tatis “las personas expresan los detalles sin mayor precisión; barba puntuda, ojos saltones, color paliducho, piel reseca, son las típicas descripciones que, aunque no se crea, valen mucho a la hora de un retrato hablado”, explica con su acento cartagenero.

Juan*, uno de los retratistas más experimentados, y quien pidió no ser identificado por razones de seguridad, narra que lo primero que hace en su trabajo es darles confianza a las víctimas o testigos. “Sólo si se hace una buena entrevista sale un buen retrato”, afirma.

Según Juan, su trabajo le ha permitido ver con tristeza que el 50 por ciento de las entrevistas debe hacérselas a menores de edad.

“Uno les manifiesta que no hay afán en obtener el retrato, ya que se tienen 30 horas para dibujarlo”, cuenta sobre su labor, la misma que lo ha llenado de alegrías, pues ha podido en muchos casos darles tranquilidad a las almas asesinadas por desconocidos y a la par un descanso a sus familiares.

Tras el diálogo, los retratistas analizan lo descrito por las personas para empezar a realizar un boceto con las características particulares que ayudan a definir las facciones de los rostros y así tener pistas para la investigación.

Cada una de esas señales es consignada en hojas en blanco, que a la postre se convierten en pruebas reinas para resolver procesos de gran complejidad. “Sin los retratos muchas investigaciones no serían posibles”, señala Juan.

En el caso de menores, puntualiza el investigador, deben ir acompañados siempre de un adulto: un funcionario del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) o un pariente, dependiendo del caso.

El éxito de este tipo de misiones nada fáciles, si se tiene en cuenta la falta de claridad de muchos testigos, depende en buena medida de que se ejecute en lugares tranquilos, donde se anulen las distracciones.

Uno de los secretos que pocos descubren es la importancia que tiene el color blanco en las paredes, techo y piso del recinto donde son entrevistados, más la ausencia de cuadros u objetos que afecten la concentración del testigo o víctima.
Arma para hallar fosas y caletas

Otro de los métodos utilizados por el grupo investigación criminal para encontrar delincuentes es el de topografía judicial, procedimiento que consiste en elaborar planos y croquis en el lugar de los hechos.

Se trata de un Geo-radar que penetra la tierra, por lo menos a 20 metros de profundidad, gracias a la ayuda satelital. La onda electromagnética permite detectar fosas comunes, caletas de drogas, armas y minas antipersona dejadas por grupos armados ilegales.

Este aparato es utilizado por los agentes del DAS para buscar caletas de los ex paramilitares del Magdalena Medio. Este aparato tuvo un costo de 300 millones de pesos.
Análisis de residuos de disparos

Allí no termina la tecnología, pues para detectar los residuos de munición que quedan en las manos y en la prendas de vestir de los criminales, el DAS realiza un análisis en un laboratorio especializado.

Otros equipos que utilizan son microscopios electrónicos con los que se puede analizar los residuos de disparos mediante una información electrónica denominada de barrido; luego las autoridades llevan a este centro especializado una pequeña partícula que con un pequeño margen de error define si se trató de un disparo y de cómo fue hecho.

“En el área química está el único microscopio electrónico utilizado por las autoridades colombianas con la técnica más confiable y completa del país. Aquí la policía y el CTI nos piden soporte para esclarecer los procesos judiciales”, cuenta Tatis.

Este artefacto le permite a las agencias de seguridad del Estado tener como referencia un laboratorio confiable para descifrar los homicidios con arma de fuego.

Esta máquina, cuyo costo se acerca a los 1.600 millones de pesos, trabaja las 24 horas, intentando bajar las tasas de impunidad.

Fronteras inteligentes

Fronteras Inteligentes es otra de las novedades que tiene el DAS, con ella se quiere evitar el fraude en documentos en las fronteras de Colombia, a través de una reglamentación única para los límites de país, con el respaldo de la Cancillería y la Registraduría Nacional.

Según Tatis, este año empezarán a funcionar nueve laboratorios de documentología y grafología con sede en Nariño, Cúcuta, Medellín, Cali, Atlántico, Bolívar, Villavicencio, La Guajira y Bucaramanga.

“Hace sólo unos días se hizo un acuerdo con la Cancillería y la Registraduría para que entraran en funcionamiento los laboratorios de Cali, Medellín, Bucaramanga y Cartagena. En el resto del país entrarán en funcionamiento a finales de este año”, explica.

De acuerdo con Daniel* en “estos centros se busca evitar que visas, pasaportes, licencias de conducción, cédulas, certificados judiciales y demás papeles falsificados salgan del territorio nacional o sirvan para que ingresen personas con documentación ilegal”.

Los laboratorios del DAS están inscritos como miembros activos de la Academia Iberoamericana de Criminalística y Estudios Forenses, Aicef.

En este convenio participan todos los países de América Latina, España y Portugal.
*Nombres cambiados por petición de las fuentes.

Fuente: LAPATRIA.com (Colombia)

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Enlaces relacionados:

La Tecnología Láser Identifica Billetes Falsificados

Investigación Criminológica. Universidad Murcia

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