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Llueven mentiras en internet

Hay mentiras que a fuerza de repetirse se vuelven verdades, sobre todo si se difunden por internet. “Paul McCartney está muerto” es una leyenda urbana que data de 1966 y que asegura que el cantante de la legendaria banda de The Beatles murió ese año, y que fue reemplazado por un doble muy parecido a él, con la misma voz: William Campbell.

Oficialmente Paul vive, aunque esta mentira sigue siendo hoy el centro de muchos debates, lo mismo en charlas de café que en reuniones familiares, donde los jóvenes alegan que el músico está muerto porque así lo leyeron en la red, y ni sus padres pueden contradecirlos frente a su fe ciega en este medio.

Así como hubo varias generaciones que sólo creían en algo si lo veían en la televisión, ahora sucede algo similar con internet, donde los rumores de que “Paul está muerto” encontraron nueva vida, ya que muchos sitios web afirman que la evidencia fotográfica prueba que el ex Beatle de antes y después de finales de 1966 no puede ser el mismo hombre.

Los riesgos de la libertad

Los especialistas en la red y en las nuevas tecnologías creen que “la mayor razón para mentir por internet es la enorme difusión de este medio”.

McCartney no ha sido el único personaje víctima de mentiras en torno a su persona, al más reciente Premio Nobel de Literatura, el francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, lo declararon muerto un minuto después de haber ganado este galardón en la famosa enciclopedia libre Wikipedia, que se dio a conocer en 2001 y que a la fecha aglutina más de un millón de artículos en inglés y 100 mil en español, además de que permite a los usuarios accesar y modificar sus contenidos.

La llegada del hombre a la Luna fue sin duda uno de los mayores logros de la humanidad, sin embargo, existen dudas que podrían revelar que esta incursión no se realizó en las fechas que todo el mundo conoce. En la web también se difunde la idea de que la famosa foto de los astronautas en la Luna —con la bandera de Estados Unidos— fue tomada en un estudio terrícola.

Es un gran medio, no hay duda, para otros es una herramienta sui generis para que la gente se comunique con gran libertad, y que sus mensajes, sean escritos, gráficos, sonoros, en video o en vivo, lleguen a cualquier parte del mundo, pero internet tiene un grave riesgo: muchas mentiras, falsedades y maldades disfrazadas de verdad circulan libremente por este medio.

Una bola de nieve

Para el escritor Naief Yehya, quien radica en Nueva York y se ha dedicado, entre otros temas, al análisis de la tecnología y su repercusión en la sociedad, como lo hizo en su libro Tecnocultura, una de las cosas más sorprendentes de internet es la posibilidad que nos ofrece de reinventarnos. “Internet, como dijo Sherry Turkle, es el laboratorio del ser, un territorio donde ‘uno puede ser cualquier cosa’, por lo tanto con esa libertad podemos ser tan honestos como nos sea posible imaginar o tan falsos como queramos, podemos expresar nuestras ideas con el fin de ilustrar a otros o de plano engañar sin piedad para ver los resultados y consecuencias de nuestra falsedad”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Yehya dice que la mayor “razón” para mentir por internet es simplemente “poder hacerlo”, es el contar con “un medio que protege nuestra identidad (por lo menos en apariencia ya que alguien medianamente competente puede rastrear a casi cualquiera en la red) al tiempo que nos puede dejar expuestos a la inspección de propios y extraños. “La posibilidad de jugarles bromas a extraños y de vivir vidas con identidades distintas es muy atractiva, aunque también hay quienes tratan de engañar para obtener beneficios”, explica.

El poema “Muere lentamente”, atribuido por error a Pablo Neruda, circula desde hace años por internet sin que nadie sea capaz de detener esa bola de nieve, hasta el punto de que, en España, fueron muchos los que recibieron esos versos como felicitación online este nuevo año. Cualquiera le cuelga a un poeta famoso cuestiones que no ha escrito nunca. Ya sucedió con un conocido texto atribuido a Jorge Luis Borges sobre las maravillas de la vida, que ni con su mayor ironía habría soportado y menos escrito.

Y si sonado fue el caso del supuesto poema de Borges, “Instantes”, que María Kodama, la viuda del escritor argentino, lleva años desmintiendo que sea de su marido y aclarando que en realidad es de la escritora estadounidense Nadine Stair, más famoso fue el apócrifo atribuido a Gabriel García Márquez, “La marioneta”, con el que supuestamente el Premio Nobel colombiano se despedía de sus amigos, tras saber que tenía cáncer.

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera…”, decía el texto cuya “cursilería” casi mata de verdad a Gabo, quien se encargó de desmentir, en el año 2000, que ese poema fuera suyo. “Lo que me puede matar es la vergüenza de que alguien crea que de verdad fui yo quien escribió una cosa tan cursi”, dijo el escritor en su momento.

Responsabilidad del que lee

Ana Paula Blanco Sierra, líder de Mexico Global Communications and Public Affairs | Google Inc., dice en entrevista que el gran valor que tiene internet es la democratización de la información y que Google cree firmemente en este concepto. “Ahora bien, el análisis que cada uno haga sobre la información a la que tiene acceso es responsabilidad del que lee, así como es una obligación del generador de contenido otorgar datos verídicos en el tipo de información que ofrece, si es un hecho con fuentes confirmadas o una opinión”.

Para Blanco Sierra, es necesario contar con plataformas que permitan, y de hecho llamen a un mayor compromiso con la libre expresión.

“Plataformas como Blogger, Picasa y YouTube, donde conviven comunidades que comparten información, son autorreguladas, y cualquier información que no sea relevante o que llame la atención de manera negativa de algún miembro de la comunidad puede ser amonestada por los mismos usuarios.

“En Google hemos desarrollado mecanismos para que nos diga qué información está yendo en contra de nuestras políticas, por ejemplo los ‘flags’ o marcas en YouTube”, cuenta.

Y agrega: “Google es un medio, no un generador de contenidos, que se ha dedicado a desarrollar productos que respondan a dicha misión y permitan a los usuarios encontrar información relevante a su interés o razón de búsqueda, de manera ordenada, sencilla y rápida en la mayor cantidad de dispositivos posibles, facilitando la universalidad en el acceso a la información”.

Dado que gran número de jóvenes y adultos tienen “fe ciega” en internet, el mayor impacto que pueden tener estas mentiras en su percepción del mundo y la realidad pasa por varias aristas.
Al respecto, Naief Yehya dice: “El impacto que pueden tener las mentiras o distorsiones en la red pueden ser desde divertidas hasta catastróficas. Podemos tener engaños simpáticos o bien tergiversaciones de la historia graves. Pero es claro que así como hubo varias generaciones que tan sólo creían en algo si lo veían en la tele, ahora sucede algo parecido con internet.

“Un ejemplo significativo es la Wikipedia, una enciclopedia abierta que se va formando por las participaciones de los usuarios, así el conocimiento se va puliendo y depurando  sin contar con una autoridad que valide las ideas. Por supuesto que esta es una herramienta valiosa y versatil, sin embargo, puede ser una fuente de desinformación espantosa”

Fuente: eluniversal.com.mx


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