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La medida que revelaría que el universo es una simulación por ordenador

Actualidad Informática. La medida que revelaría que el universo es una simulación por ordenador. Rafael Barzanallana. UMU

Si el cosmos es una simulación numérica, debería haber pistas en el espectro de los rayos cósmicos de alta energía, dicen los teóricos.

Una de las ideas más preciadas de la física moderna es la cromodinámica cuántica, la teoría que describe la fuerza nuclear fuerte, cómo se unen los quarks y gluones en protones y neutrones, cómo forman los núcleos que, a su vez, interactúan. Esto es el universo en su escala más fundamental.

Por supuesto, hay uno o dos desafíos. La física es abrumadoramente compleja y opera a una escala extremadamente minúscula. Por lo que incluso usando los supercomputadores más potentes del mundo, los físicos apenas han logrado simular diminutos rincones del cosmos de apenas unos femtómetros de diámetro. (Un femtómetro es 10-15 metros).

Esto puede no parecer mucho, pero el punto clave es que la simulación es, básicamente, indistinguible de la realidad (al menos hasta donde la comprendemos).

No es difícil imaginar una progresión similar a la Ley de Moore que permitirá a los físicos simular regiones del espacio significativamente mayores. Una región de apenas unos micrómetros de diámetro podría encapsular todo el funcionamiento de una célula humana.

De nuevo, el comportamiento de esta célula humana sería indistinguible de una real.

Es este tipo de razonamiento es el que fuerza a los físicos a considerar la posibilidad de que todo nuestro cosmos pudiera estar ejecutándose en un ordenador extremadamente potente. Si es así, ¿hay alguna forma de que podamos saberlo alguna vez?

Hoy, tenemos una respuesta de mano de Silas Beane, de la Universidad de Bonn en Alemania, y algunos colegas.  Dicen que hay una forma de ver pruebas de que estamos en una simulación, al menos en ciertos escenarios.

Primero, algo de contexto. El problema de todas las simulaciones es que las leyes de la física, que parecen ser continuas, se han superpuesto sobre una malla discreta tridimensional que avanza en intervalos de tiempo.

La pregunta que se hacen Beane y compañía es si los espacios en la malla imponen algún tipo de limitación en los procesos físicos que vemos en el universo. Examinan, en concreto, los procesos de alta energía que sondean regiones menores del espacio conforme aumentan su energía.

Lo que han encontrado es interesante. Dicen que el espaciado en la malla impone un límite fundamental a la energía que pueden tener las partículas. Esto se debe a que no puede haber nada que sea menor que la propia malla.

Por lo que si nuestro cosmos es una mera simulación, debería aparecer un límite en el espectro de las partículas de alta energía.

Resulta que este es precisamente el tipo de límite  que aparece en la energía de las partículas de los rayos cósmicos, un límite conocido como de Greisen–Zatsepin–Kuzmin o GZK.

Este límite se ha estudiado profundamente y aparece debido a que las partículas de alta energía interactúan con el fondo de microondas cósmico, y pierden energía cuando viajan grandes distancias.

Pero Beane y compañía calculan que el espaciado en la malla impone algunas características adicionales sobre el espectro. “La característica más impactante… es que la distribución angular de los componentes de mayor energía exhibirían una simetría cúbica en el marco de reposo de la malla, desviándose significativamente de la isotropía”, comentan.

En otras palabras, los rayos cósmicos viajarían preferentemente a lo largo de los ejes de la malla, por lo que no los veríamos igualmente en todas las direcciones.

Esta es una medida que podríamos hacer con la tecnología actual. Encontrar este efecto sería equivalente a ser capaces de ‘ver’ la orientación de la malla en la que se simula nuestro universo.

Esto es genial, incluso alucinante. Pero los cálculos de Beane y sus colegas no están exentos de algunos obstáculos importantes. Un problema es que la malla del computador tiene que construirse de una forma totalmente distinta a la prevista por estos chicos.

Otra es que este efecto solo puede medirse si el límite de la malla es el mismo que el GZK. Esto ocurre cuando el espaciado de la malla es de aproximadamente 10-12 femtómetros. Si el espaciado es significativamente menor que eso, no veremos nada.

No obstante, seguramente merece la pena buscarlo, aunque solo sea para descartar la posibilidad de que seamos parte de una simulación de este tipo concreto, pero en secreto tengamos la esperanza de encontrar pruebas sólidas de nuestros señores robóticos de una vez por todas.

 


 

Artículo de Referencia: arxiv.org/abs/1210.1847: Constraints on the Universe as a Numerical Simulation

Fuente: Ciencia Kanija

Hologramas, agujeros negros, y la naturaleza del Universo

Actualidad Informática. Hologramas, agujeros negros, y la naturaleza del Universo. Rafael Barzanallana

 

¿Cree que sabe lo que son los hologramas? Piense otra vez.  hasta hace poco tiempo limitados ocasionalmente a las tarjetas de crédito, tarjetas postales, y portada de la revista, los hologramas se están tomando en consideración en entornos cósmicos dando lugar a una nueva hipótesis llamada el principio holográfico.

El principio holográfico, simplemente, es la idea de que nuestra realidad tridimensional es una proyección de la información almacenada en una lejana superficie de dos dimensiones. Al igual que el emblema que aparece en su tarjeta de crédito, la superficie de dos dimensiones contiene toda la información que se necesita para describir un objeto tridimensional, en este caso, nuestro universo. Sólo cuando se ilumina  nos revela una imagen tridimensional.

Esto plantea una serie de preguntas: Si nuestro universo es una proyección holográfica, entonces ¿dónde está la superficie bidimensional que contiene toda la información que describe? Qué  «ilumina»  la superficie? ¿Es más o menos real  nuestro universo? ¿Y qué podría motivar a los físicos a creer en algo tan extraño? La respuesta a la pregunta final tiene que ver con los agujeros negros, que resultan ser los dispositivos  finales de almacenamiento de información del universo. Pero para entender por qué, vamos a tener que hacer un viaje hasta el mismo borde de un agujero negro.

No importa que agujero negro elijamos, ya que todos se comportan esencialmente la misma forma. Sólo unas pocas cualidades los distinguen: masa, carga eléctrica, y momento angular. Una vez que un observador sabe  estas tres magnitudes acerca de un agujero negro, sabe todo lo que puede ser conocido. Si el agujero negro contiene los restos de un millar de estrellas muertas, o todos los calcetines perdidos de cada lavandería de la galaxia, si se trata de mil millones de años de edad o nació ayer, toda esta información se pierde y es de difícil acceso en un agujero negro. No importa lo que está dentro de un agujero negro o cómo esas entrañas están dispuestas, en cada agujero negro se «ve» exactamente lo mismo.

Esta extraña cualidad de los agujeros negros da algo que los físicos llaman entropía máxima. La entropía se describe el número de maneras diferentes en que se pueden reorganizar los componentes de  «un sistema» y que todavía  parezca esencialmente el mismo. Las páginas de una novela, como Brian Greene señala, tienen una entropía muy baja, porque tan pronto como una página está fuera de lugar, se tiene un libro diferente. El alfabeto tiene una baja entropía. Un cubo de arena, por otro lado, tiene alta entropía. Cambiar un grano por otro grano, nadie notaría la diferencia. Los agujeros negros,  parecen iguales, no importa lo que se ponga en ellos o cómo se mueven, tienen la más alta entropía de todo.

La entropía es también una medida de la cantidad de información que se necesitaría para describir un sistema completamente. La entropía de los objetos comunes de la gente, baldes de arena, recipientes de gas, es proporcional a su volumen. Duplicar el volumen de un globo de helio, por ejemplo, su entropía aumentará por un factor de ocho. Pero en la década de 1970, Stephen Hawking y Bekenstein Jacob descubrieron que la entropía de un agujero negro obedece a una regla de escala diferente. Es proporcional, no al volumen tridimensional del agujero negro, sino a su superficie bidimensional, definido aquí como el área de la frontera invisible llamado el horizonte de eventos. Por lo tanto, mientras que la entropía real de un objeto ordinario -digamos, una hamburguesa- escala con su volumen, la entropía máxima que teóricamente podría estar contenida en el espacio ocupado por la hamburguesa no depende del volumen de la hamburguesa, sino del tamaño del área de su superficie. La física impide que la entropía de la hamburguesa sea  superior a la máxima: si se trata de alguna manera de aumentar la entropía en la hamburguesa que había llegado a ese límite, la hamburguesa se vendría abajo en un agujero negro.

La conclusión ineludible es que toda la información que se necesita para describir un objeto tridimensional -un agujero negro, una hamburguesa, o de todo un universo- se puede expresar en dos dimensiones. Esto sugiere a los físicos que la profunda descripción de nuestro universo y sus partes, la teoría fundamental de la física debe ser reducida a dos dimensiones espaciales, no tres. Lo que nos lleva de nuevo al holograma.

Los teóricos se sintieron intrigados por la idea de que un conjunto paralelo de leyes físicas, que operan en un menor número de dimensiones, podría ser capaz de describir completamente nuestro universo. Sin embargo, sondeando la idea matemática de nuestro propio universo era demasiado desalentador, por lo que los físicos empezaron con un universo «juguete»  que es mucho más simple que el universo en que vivimos: un universo con cuatro dimensiones espaciales más el tiempo, curvado en forma de una silla de montar. En 1997, el físico teórico Juan Maldacena mostró que la descripción matemática de este universo era idéntica a la descripción de un tipo diferente de universo, con tres dimensiones espaciales, una dimensión de tiempo, y sin la  gravedad. El descubrimiento de Maldacena fue la primera realización concreta del principio holográfico, y también hizo el trabajo más fácil para los teóricos, que ahora tenían dos métodos disponibles para cada problema matemático difícil: Se puede optar por expresar el problema en las matemáticas de las cinco dimensiones, universo con gravitación, o podrían optar por la versión de cuatro dimensiones, libre de la gravedad.

Nada de esto se suma a «probar» que vivimos en un holograma, pero sí a contribuir a un cuerpo de evidencia circunstancial que sugiere que las leyes de la física, de hecho, pueden ser escritas en un menor número de dimensiones de las que experimentamos. Eso, combinado con la utilidad matemática del principio holográfico, es motivación suficiente para muchos físicos. Las preguntas con las que comenzamos este viaje -¿dónde está la superficie en la que nuestro universo está inscrito? ¿Qué lo ilumina? Es una versión del universo más «real» que otra?- Siguen sin resolverse. Pero si el principio holográfico es correcto, puede que tengamos que enfrentarnos a la idea de que nuestro universo es una especie de fantasma cósmico, que la acción real está ocurriendo en otros lugares, en un límite que aún no han comenzado a asignarse.

Ampliar en:

FQXi: The Holographic Universe
Alex Maloney investigates the holographic principle.

Scientific American: The Holographic Principle
A brief introduction to the holographic principle.

University of California Television: The World as a Hologram
In this video, theoretical physicist Raphael Bousso provides an introduction to the holographic principle.

Fuente: PBS

Almacenamiento holográfico pentadimensional

Un equipo de investigadores en la Universidad de Tecnología de Swinburne en Australia ha afirmado encontrar la manera de almacenar hasta 1.6TB en un disco óptico y que en 10 años tendrían una capacidad 10,000 veces mayor que los actuales DVDs.

Esto gracias al aprovechamiento de las nanopartículas en discos pentadimensionales, utilizando la recién desarrollada tecnología holográfica para usar una tercera dimensión (profundidad del disco), nanopartículas que reaccionan al color (4ª dimensión) y polarizaciones (5ª dimensión) como explican en la revista Nature.

Cabe recordar que los actuales DVDs y Discos Bluray son grabados en dos dimensiones usando la superficie del disco, y con este nuevo descubrimiento se podría guardar hasta 480 películas o 400,000 canciones en un solo disco.

Hace unos meses ya General Electric anunciaba su disco holográfico que permitiría almacenar hasta 100 DVD dentro de un disco, pero este descubrimiento podría ir más allá con Samsung Electronics, con quién ya se han firmado acuerdos para hacer posible esta tecnología que podría almacenar 10TB de datos algún día.

Fuente: FayerWayer

Bajo licencia Creative Commons

Enlaces de interés:

DVD de doble capa

Divulgación informática

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