¿Es cierto que la miel no se estropea?

Toca Comer. Humor, ¿Es cierto que la miel no se estropea? Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

Existen muchos mitos acerca de la miel, algunos de los cuales nos pueden llevar a pensar que estamos ante un alimento milagroso. Uno de esos mitos dice que la miel es el único alimento que no se estropea, o que no se pudre, a medida que pasa el tiempo. ¿Quieres saber si esto es cierto? La miel está compuesta mayoritariamente por una mezcla de azúcares y agua.

Los alimentos se deterioran a medida que pasa el tiempo por dos razones fundamentales: la acción de ciertos microorganismos y el transcurso de ciertas reacciones bioquímicas. Veamos qué es lo que sucede en el caso de la miel.

Microbiología de la miel

A pesar de lo que mucha gente piensa, la miel no es un alimento estéril. Puede contener una gran variedad de microorganismos procedentes de diferentes fuentes, como las abejas, las plantas, las colmenas, los equipos con los que se extrae el producto, etc. Algunos de estos microorganismos son por ejemplo  bacterias de los géneros Bacillus, Clostridium o Micrococcus, levaduras de los géneros Ascosphaera, Hansenula o Pichia y mohos de los géneros Alihia, Coniothecium o Peyronelia.

Lo que sucede es que estos microorganismos no son capaces de desarrollarse en la miel, debido a las peculiares características de este singular alimento, entre las que se encuentran:

una baja actividad de agua

osmolaridad

acidez

peróxido de hidrógeno

sustancias antimicrobianas

Transformaciones físico-químicas

Ya hemos dicho que la miel contiene una alta concentración de azúcares. A medida que pasa el tiempo, estos azúcares pueden reaccionar para formar sustancias tóxicas, como hidroximetilfurfural.
Por otra parte, debido a esa elevada concentración de azúcares que contiene la miel y a la presencia de aminoácidos y proteínas, se pueden producir reacciones de pardeamiento que dan lugar a un deterioro del olor, del sabor y del color del producto. Para que tengan lugar estas reacciones no es preciso calentar, sino que basta con almacenar durante largos periodos de tiempo el producto a temperatura ambiente.

Conclusión

A pesar de que la miel se conserva en óptimas condiciones durante largos periodos de tiempo (entre dos y tres años), no se trata de un alimento eterno, ya que sufre transformaciones que alteran sus propiedades. Por eso es necesario que almacenes la miel en condiciones adecuadas (15 C de temperatura y 60% de humedad) y que se consuma dentro de la fecha que se indica en el envase.
Bajo licencia Creative Commons

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