La supuesta abundancia de hierro en las espinacas

Toca Comer.    La supuesta abundancia de hierro en las espinacas. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

¿Quién no ha oído decir alguna vez o incluso ha hecho suyo el dicho de que las espinacas tienen mucho hierro, es esto cierto?

¿Por qué muchos especialistas recurren a explicar la existencia del mito anterior usando a su vez otro mito, es decir, la de aportar una historia inexistente o al menos no demostrada? (BMJ contra la espada y la pared)

¿Quién ha dicho (y con qué pruebas) que los superpoderes de Popeye vienen del hierro contenido en las espinacas? (The Lancet pillado in fraganti)

1. Que las espinacas aporten mucho hierro es un mito

Las espinacas, con las pruebas en la mano, no son una fuente especialmente apreciable de hierro y con el fin de hacer bueno el “nullius in verba”, baste acudir a las tablas de composición de alimentos tanto nacionales (por ejemplo, las “Tablas de composición de alimentos españoles de Mataix”, las del CESNID o la base de datos BEDCA) como extranjeras, las más completas las delDepartamento de Agricultura de los EE.UU. De esta forma comprobamos que la cantidad de hierro en las espinacas (no ya su naturaleza, que esa sería otra película) es mu parecida a la de cualquier otro alimento de similar origen. Según las primeras tablas citadas las espinacas crudas contienen 2,7mg de hierro por cada 100g… las acelgas 2,3mg; los canónigos (berros) 2,5mg; los grelos 3,1mg; las hojas de menta 9,5mg y el perejil 7,7mg.

2. El error en el decimal como explicación de que las espinacas “tuvieran” mucho hierro es un mito. BMJ contra la espada y la pared

Si se toman la molestia de poner en su buscador de google [espinacas, hierro, mito, explicación]obtendrán cerca de 250.000 resultados y la mayoría de ellos hacen referencia a que en el SXIX un científico alemán (en la versión más frecuente el científico es un tal E. Von Wolff, pero también se le atribuye a un tal  Gustav B. Von Bunge) cometió un error de “transcripción” en los datos que se estaban copiando sobre la composición nutricional de los alimentos. Así, de forma distraída,“corrió” la coma correspondiente al hierro de las espinacas un lugar hacia la derecha, multiplicando su valor real por diez.

Volvamos al “nullius in verba”. ¿Es que acaso resulta cierta esta explicación porque se repita en infinidad de páginas web y tratados sobre la materia incluida la Wikipedia o el Dr. Escribano (cadena SER)? Pues en esta ocasión va ser que no, o al menos no está nada claro. La pregunta del millón es ¿Quién dijo por primera vez que el mito del hierro en las espinacas era debido a un error de transcripción del siglo XIX?

Pues la primera referencia seria de esto la encontramos nada más y nada menos que en unartículo de 1981 aparecido en la prestigiosa revista British Medical Journal (BMJ) firmado por el profesor T. J. Hamblin. En este artículo, titulado curiosamente “Fake!” (¡Falso!) se aborda precisamente el tema de cómo los bulos y mitos en cuestiones de ciencia y más en concreto de nutrición proliferan a menudo a sus anchas. Y para poner un ejemplo, va y menciona de forma inédita (por primera vez que se sepa) el caso de las espinacas, el hierro y el decimal.

Pero ¿es entonces verdad por que se publique en el BMJ? Pues lo cierto es que apuntaría maneras, sobre todo si el autor del artículo (Hamblin) hubiera referenciado este dato, pero resulta que no. En las más de 13 citas de agradecimiento no se halla ninguna referencia al dato del error decimal de las espinacas. Entonces:

¿No resulta extraño que la historia del error decimal no se conociera antes de que Hamblin lo mencionara en su artículo de 1981? y al mismo tiempo, ¿no es también extraño que este reconocido fisiólogo destape el origen del error de forma “inédita” y no aporte una sola prueba a sus palabras?

3. Que a Popeye se le atribuyan sus poderes por el hierro de las espinacas es un mito.  The Lancet pillado in fraganti.

La primera referencia escrita confiable acerca de porqué Popeye come espinacas la tenemos en un desafortunado editorial de la revista The Lancet en 1971. A su autor, R. Hunter, más le hubiera valido quedarse en casa el día que mandó el artículo a la editorial de la revista, día en el que además en la revista debían estar todos de vacaciones o con resaca, porque va y se lo publican. En el artículo mencionado, titulado tal cual “Why Popeye took spinach” (¿Por qué eligió Popeye las espinacas?) R. Hunter dice textualmente:

“Cuando a principios de los años ‘30 Max Fliesher, el creador de Popeye, echó a volar su imaginación para idear un elemento energizante instantáneo que fuera un restaurador vital para asegurar el triunfo de su héroe marinero ante la adversidad y garantizar así su supervivencia en los siguientes episodios, su elección recayó casi inevitablemente sobre las espinacas. La razón era que en la década anterior (los años ‘20) los estadounidenses comenzaron a consumir grandes cantidades de este vegetal cuando se demostró que contenía importantes elementos para la musculación tales como el calcio y el hierro“.

En primer lugar Max Fliesher no fue el creador de Popeye, lo fue como ya se ha dicho E. Segar. Segundo, ya sabemos que las espinacas no tienen mucho hierro y esto ya lo sabían en los años ’20. De otra forma R. Hunter debería haber hecho alusión a que entonces se creía que el contenido  en hierro de las espinacas era mucho mayor en virtud del famoso decimal juguetón. Y sin embargono hace referencia a tal circunstancia.

Además en el editorial de Hunter se juguetea con la idea de que sea la riqueza en ácido fólico la protagonista de la colosal fuerza de Popeye… lo cual podría ser… pero va a ser que tampoco ya que el ácido fólico se extrajo de las espinacas por primera vez en 1941 y que Popeye “nació” en 1929.

Artículo completo en: El nutricionista de la general

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