Victimología. 5 Relaciones víctima-victimario.
Curso 2006/07 Licenciatura en Criminología. UMU



Capítulo 5. Relaciones víctima-victimario

Determinar relaciones entre la víctima y el victimario y los elementos a tener en cuenta.

Esta relación va aportar información relevante del hecho, cuanto mejor se entienda el punto de encuentro entre ellos, habrá más información sobre la génesis del hecho.

1. DISTINCIÓN ENRE PAREJA PENAL Y PAREJA CRIMINAL

Pareja penal: delincuente/víctima. Sujeto activo/pasivo. Victimario/víctima.

Pareja criminal: 2 victimarios, 2 delincuentes, 2 sujetos activos.

¿Puede la pareja penal convertirse en una pareja criminal? Un típico caso es el síndrome de Estocolmo, en el que el secuestrado se pone de lado del secuestrador, en este caso se produciría el cambio de penal en criminal.

¿La pareja criminal se puede convertir en penal? Este caso es más frecuente que el anterior. Dos delincuentes que roban un banco y uno de ellos coge el dinero le mete un disparo al otro y se va.

2. DISTINCIÓN VÍCTIMA Y CRIMINAL

Se analizan las siguientes variables:

Conocimiento o desconocimiento, se pueden dar las siguientes hipótesis:

    - Víctima conoce al delincuente y éste conoce a la víctima, ejemplo: Malos tratos.

    - Víctima conoce al delincuente y éste desconoce a la víctima, ejemplo: me tiro encima del coche de la pantoja para que me pague una indemnización.

    - Víctima desconoce al delincuente y éste conoce a la víctima

    - Víctima y delincuente no se conocen.

    Lo importante es que hay que determinar el grado de conocimiento

1. Actitud: atracción, rechazo e indiferencia. Con estas se mide la intensidad o gravedad del hecho criminal. se pueden dar las siguientes hipótesis:

    Delincuente: A A A I I I R R R

    Víctima: A R I A R I A R I

Para hablar de estas hipótesis se tienen que conocer.

    La atracción es un sentimiento positivo entre la pareja penal.

    La indiferencia es un estado emocional neutro, no hay sentimiento ni positivo ni negativo.

    El rechazo daría origen a un sentimiento violento e indiscriminado hacia la otra parte.

Si conjugamos las variables, la hipótesis en la que agresión es más leve es cuando hay atracción entre ambas. El caso en la que la agresión es más fuerte es cuando hay rechazo entre ambos. Otro peligroso es cuando el delincuente hay rechazo hacía la víctima y la víctima siente atracción. Los supuestos más difíciles de encuadrar son los que hay indiferencia. La celotipia se puede encuadrar de la hipótesis en el que el delincuente siente atracción y la víctima rechazo.

3. PERCEPCIÓN DEL CRIMINAL POR SU VÍCTIMA

En este sentido no se puede establecer reglas genéricas para medir semejante percepción, en tanto va a depender del tipo de delito y de la relación existente entre ambos. Hay una investigación de Rodríguez Manzanera en la que medía con carácter general los sentimientos de la víctima hacía el criminal. Los principales sentimientos son: 27% coraje o rabia frente a un 14% de temor. Otras investigaciones cifran el sentimiento de coraje o de rabia en torno al 49% frente a un 16% de temor. No hay parámetros generales, no se puede establecer sentimientos comunes sino que hay que individualizarlo según el tipo de delito y la relación existente entre ambos, en consecuencia lo más útil es acotar estas variables y según estas se podrá determinar en que momento de la relación delictiva se encuentran.

4. ITER VICTIMAE El iter criminis es lo que define como el itinerario del delito. Consta de dos fases hasta el agotamiento del delito, son:

    1. La fase interna que se produce en el interior del sujeto, por lo que el derecho penal no va a actuar sobre esa esfera, por cuanto los pensamientos no son punibles.

    2. lLa fase externa que es la que sí interesa al derecho penal porque comprende la manifestación externa de la voluntad del sujeto, comprende los actos conducentes a la consumación o al agotamiento del delito.

El iter victimae se define como el itinerario victimal, es decir, el camino que sigue la victima hasta ser victimizada. Desde una perspectiva criminológica, todo delito lleva consigo un iter criminis y un iter victimae y ambos conforman la realización del delito. Sin embargo, desde la perspectiva de la victimológica interesa el iter victimae porque son los pasos que sigue la víctima hasta ser victimizada.

Para explicar la relación existente entre victima y delincuente, se recurre a unos esquemas de Rodríguez Manzanera que ayudan a entender la relación entre víctima y criminal:

Partimos de 3 hipótesis:

    A. Tenemos un delincuente, junto a el, una víctima. El delincuente inicia el iter criminis, la víctima inicia, otro camino, el iter victimae. El delito estaría en el punto donde confluyen. El camino de ambos no finaliza en el delito, sino continua (denuncia, proceso penal…)

    B. Atendiendo al delito, por ejemplo: el homicidio, el iter victimae finaliza con su muerte, mientras que el iter criminis continúa con el proceso penal.

    C. El supuesto de la pareja penal que se convierte en pareja criminal: en un primer momento existiría un iter criminal, que se transformaría en doble, tras el cambio de rol de la víctima.


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