Durante décadas, el arquetipo del psicópata se ha descrito como una figura carente de empatía, insensible al sufrimiento ajeno y emocionalmente distante. Sin embargo, un nuevo estudio conjunto de las universidades de Liverpool y Haifa, publicado en el Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, propone una revisión inquietante de esta imagen: ciertos rasgos psicopáticos, especialmente la mezquindad o frialdad emocional, podrían coexistir con una capacidad superior para interpretar lo que otros piensan o sienten.dialnet.unirioja+1?
Más comprensión, menos compasión
El hallazgo se centra en distinguir entre dos tipos de empatía: afectiva y cognitiva. La empatía afectiva implica sentir con el otro —experimentar emocionalmente su dolor o alegría—. En cambio, la empatía cognitiva consiste en entender racionalmente los estados mentales ajenos, percibir intenciones o anticipar comportamientos sin implicación emocional.youtube?
Los investigadores hallaron que las personas con altos niveles de mezquindad psicopática —aquellas frías, dominantes y sin culpa— no son socialmente ciegas. Por el contrario, muestran una comprensión precisa de lo que mueve a los demás, probablemente porque esa lectura emocional les permite manipular, dominar o mantener control sobre su entorno social. Dicho de otro modo: el psicópata puede “leer” tus emociones sin sentirlas.dialnet.unirioja?
Un sistema emocional reconfigurado
Este tipo de empatía instrumental tiene una base neurológica reconocida. Los psicópatas suelen presentar alteraciones en el sistema límbico, especialmente en la amígdala y regiones paralímbicas, áreas encargadas de procesar las emociones sociales y asociarlas a respuestas morales o de culpa. Sin embargo, su corteza prefrontal —vinculada al razonamiento y la planificación— permanece intacta, lo que les permite comprender normas y emociones sin internalizarlas.scielo.isciii+1?
Así, pueden elaborar juicios con perfecta lógica moral —saben qué está bien y qué no— pero carecen de la resonancia emocional que detiene a la mayoría de las personas ante el daño ajeno. Este divorcio entre cognición y afecto explica cómo pueden mostrar encanto, persuasión y una aparente empatía superficial mientras instrumentalizan a otros para su propio beneficio.scielo?
La paradoja adaptativa de la frialdad emocional
Lejos del cliché cinematográfico del asesino impulsivo, muchos individuos con rasgos psicopáticos viven integrados en la sociedad. Su falta de compasión no los incapacita; al contrario, les brinda ventaja en entornos donde la distancia emocional se traduce en eficacia, como las finanzas, la política o el liderazgo corporativo.
Estos llamados psicópatas funcionales o integrados mantienen intactas sus habilidades intelectuales y sociales, desplegando lo que los expertos denominan “inteligencia emocional instrumental”: la habilidad de identificar las emociones ajenas para dirigirlas o explotarlas, no para conectar con ellas. En ciertos contextos competitivos, esta característica puede confundirse con liderazgo o carisma.dialnet.unirioja+1?
Un replanteamiento del concepto de empatía
El estudio Liverpool-Haifa obliga a repensar el vínculo entre empatía y moralidad. Si entender al otro no requiere sentir con él, la empatía deja de ser garantía de bondad. Al contrario, convierte al psicópata en un observador desapasionado capaz de manipular emociones con precisión quirúrgica. En este sentido, la frontera entre comprensión y compasión se vuelve difusa: se puede leer una emoción sin compartirla, e incluso aprovecharla.
Como explica la psicología cognitiva, la teoría de la mente —la capacidad para representar los estados internos de los demás— es una herramienta poderosa, pero moralmente neutra. Todo depende del propósito con el que se use esa información: la empatía puede ser tanto un puente como un arma.scielo+1?
Conclusión: la mente del psicópata, espejo incómodo
El hallazgo no rehabilita al psicópata, pero sí desmonta la idea de que carece por completo de comprensión social. Lo que falta no es la inteligencia emocional, sino su conexión ética. Su habilidad para entendernos sin sentirnos revela una tensión fundamental de la naturaleza humana: la mente puede captar la emoción sin necesitar del corazón.
Al final, el psicópata no es un ser incapaz de leer nuestra mente; es alguien que puede hacerlo mejor que muchos, pero sin el freno moral que convierte la comprensión en compasión. En ese espejo incómodo, quizá también se refleje una parte de nosotros: la tentación moderna de entender sin implicarse.
- https://www.youtube.com/watch?v=HzenVUOGkt4
- https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/8720583.pdf
- https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6674244.pdf
- https://www.youtube.com/watch?v=eGBTI7Pj0KQ
- https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062011000300004
- http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-31082015000200005
- https://core.ac.uk/download/pdf/78444965.pdf
- https://www.ficp.es/wp-content/uploads/Zubiaur-Gonz%C3%A1lez-Marta.-Comunicaci%C3%B3n..pdf
- https://en.wikipedia.org/wiki/Guilt_(emotion)
- https://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/2169.pdf
- https://frankyague.com/2024/09/23/psicopatia-corporativa/
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