Falsas creencias sobre la comida que cae al suelo

Toca Comer. Falsas creencias sobre la comida que cae al suelo. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

A veces ocurre que un alimento se nos cae al suelo en casa. La duda está en que si lo recogemos según ha caído, ¿se puede consumir? ¿se habrá contaminado lo suficiento como para tirarlo a la basura? En algunos países, incluso, existen ciertas creencias como la regla de los cinco segundos (creencia muy extendida en EE UU). Según esta, si un alimento cae al suelo y se ingiere en menos de este tiempo, no hay riesgo de contaminación microbiana. Como toda opinión de esta naturaleza, no está fundamentada en criterios académicos ni científicos.

 Otra afirmación similar, más habitual en países como Rusia, cuenta que «si se recoge de forma inmediata, no se considera que ha caído». El sentido es similar a la anterior. Sin embargo, varios estudios realizados en este campo prueban que sí hay riesgo y que este depende de factores como la superficie (baldosas, alfombras o superficies de cocina) y las bacterias que en ella habitan. Desde Consumer explican qué dice la ciencia, refleja la disparidad de criterios y destaca la importancia de la higiene para hacer frente a los posibles riesgos.

Investigaciones universitarias, como la desarrollada por un grupo de expertos de la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, tiraba por los suelos la teoría expuesta en la regla de los cinco segundos. Según este análisis, la norma debería ser la de los «cero segundos», ya quepatógenos como salmonella tienen capacidad de sobrevivir en superficies secas hasta cuatro semanas y de transferirse a los alimentos con el contacto inmediato. El riesgo depende también de otros aspectos como la humedad, la naturaleza de la superficie (porosa o impermeable) y el tipo de alimento: tiene menos riesgo de contaminación uno seco que otro que contenga agua.

En la cocina, cuando se habla de evitar contaminaciones y de prevenir la acción de bacterias, virus y gérmenes, deben tenerse en cuenta aspectos como la limpieza de todas las superficies, una cocción adecuada y evitar la contaminación cruzada. Una correcta limpieza pasa por:

  • Utilizar agua caliente y detergente.
  • Fregar con fuerza utensilios y superficies para eliminar cualquier resto de suciedad.
  • Enjuagar con agua caliente.
  • Lavarse las manos cada vez que se cambie de alimento.

Fuente: 20Minutos.es

Licencia CC

Estadounidenses estudian el uso de cítricos transgénicos

Toca Comer. Estadounidenses estudian el uso de cítricos transgénicos. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

Productores estadounidenses están estudiando la posibilidad de sembrar cítricos transgénicos resistentes al HLB (Huanglongbing o Greening), enfermedad que causa grandes daños especialmente en el cultivo de limón, naranja y mandarina. El crecimiento de esta enfermedad en Estados Unidos está alarmando a los productores, quienes estudian la posibilidad de apostar por semillas modificadas genéticamente (MG) para evitar dichas pérdidas.

Según explica Ibercib, el HLB es una enfermedad bacteriana incurable que obstruye el sistema vascular del árbol. Los frutos no maduran y los árboles mueren. Con motivo de la 25 Conferencia anual de Consejo de Agrobiotecnológico Norteamericano, el productor de cítricos y zumos de Florida, Ricke Kress, reconoció que las pérdidas que causa esta enfermedad ascienden ya al 15 % de la producción, situación por la que sería clave el uso de cítricos MG.

Los cítricos transgénicos resistentes al HLB han sido desarrollados por investigadores estadounidenses de Texas del instituto AgriLife Research. Bill McCuthen, director ejecutivo de AgriLife Research, ha señalado que “gracias a la biotecnología se han desarrollado variedades mejoradas de manzana, piña, patata, calabaza y otros cultivos especializados con resistencia a enfermedades y otros eventos favorables”.

Fuente: Fundación Antama

El valor mundial de las semillas transgénicas en 2012 fue de 11400 millones de euros

Toca Comer. Transgénicos. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

Según se desprende del ‘Informe Anual sobre la situación mundial de la comercialización de cultivos modificados genéticamente en 2012’ elaborado por el International Service for the Acquisition of Agri-Biotech (ISAAA), el valor mundial de la semillas modificadas genéticamente el pasado año fue de más de 11410 millones de euros (15000 millones de dólares). Año en el que esta tecnología alcanzó cifra récord de implantación con 170,3 millones de hectáreas sembradas y 17,3 millones de agricultores apostando por estas semillas.

El beneficio estimado para el productor a nivel mundial del producto final de cosecha comercializada (granos transgénicos y otros productos cultivados) es más de diez veces superior que el valor de la semilla transgénica, según ChileBio.

El informe ‘Impacto de los cultivos modificados genéticamente: 1996-2011’ del PG Economics, los cultivos transgénicos lograron un beneficio económico mundial de 15400 millones de euros en 2011, lo que equivaldría al aumento del 6,3 % de la superficie de los cultivos mundiales de soja, maíz, colza y algodón. Los ingresos acumulados desde 1996 hasta 2011 ascienden a los 76400 millones de euros.

Ejemplo destacado es el de Brasil que, según los datos publicados por la Asociación Brasileña de Productores de Semillas (ABRASEM), los agricultores brasileños ingresaron en los últimos diez años un beneficio extra de de 147 euros por hectárea gracias al cultivo de maíz transgénico. Desde que se introdujeran los cultivos de maíz transgénico en el país en 2003, los agricultores brasileños que plantaron 50 hectáreas de este maíz resistente a insectos lograron un beneficio extra de 74000 euros.

Fuente: Fundación Antama

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