El ajo en la leche: el Ig Nobel de Pediatría 2025

¿Puede un simple diente de ajo cambiar la opinión de un bebé sobre la leche materna? Este fue el curioso misterio que resolvió el Premio Ig Nobel de Pediatría 2025, otorgado a un grupo de científicos que decidió espiar a los bebés cuando su madre había comido ajo.

Los investigadores observaron que, al transferirse el sabor fuerte y peculiar del ajo en la leche materna, algunos bebés parecían convertirse en pequeños catadores exigentes: unos alargaban la succión con cara de interés, como diciendo “¿qué es esto tan raro?”, mientras otros ponían gestos de echar una regañina y reducían las tomas, dejando claro que no era de sus favoritas.

Aunque nada grave ocurrió, el estudio deja claro que los bebés no solo son sensibles a la cantidad de comida, sino también a su sabor, incluso cuando la alimentación es a través de la leche materna. En definitiva, ¡los pequeños critican desde muy temprano! Un hallazgo que bien podría tener título de telenovela: “El ajo que conquistó… o repelió al bebé”.

Un premio para demostrar que en la ciencia cabe hasta el aroma más inesperado, y que la curiosidad puede nacer con solo una pizca de ajo en el menú materno.

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