Los dueños del vehículo se encontraban en un pequeño mercado local. Y mientras preparaban un escritorio que habían comprado para su hija, el hombre había dejado su nuevo Samsung Note 7 cargando dentro del coche Jeep. Cuando iban a volver su perro los estaba alertando, pero ya era demasiado tarde: el auto estaba en llamas.
Según informaron en las noticias de la FOX 13 , un representante de Samsung estaría al tanto de la situación y haría “todo lo posible” por la familia.
Fuente: conéctica
El miércoles 16 de diciembre, a las cinco horas de la mañana, saltaban por los aires las tres últimas plantas del edificio de la sede en Madrid de la multinacional Alcatel-Lucent. No hubo víctimas, aunque los destrozos materiales fueron tan importantes que el inmueble no aguanta y será demolido en breve.
En los instantes de confusión que siguieron a la explosión, los daños no sólo fueron acusados en la moral de la plantilla de 800 trabajadores de una empresa como Alcatel-Lucent, golpeada por las reestructuraciones. En aquellos momentos dramáticos, la explosión, junto al daño moral y material, ponía en riesgo el mantenimiento en línea y la estabilidad de buena parte de las redes básicas de las telecomunicaciones españolas de las que Alcatel-Lucent fue suministrador en su día, y ahora es el garante inmediato de su estabilidad y buen servicio. La red de ADSL y de conmutación de Telefónica, el servicio Imagenio, el call center del 2004, la red de transmisión de datos de Vodafone, la red de voz de Ono y diversas infraestructuras de Telecom Castilla-La Mancha, BT, Euskaltel, R o Iberdrola. Todas temblaron con la caída de las tres plantas de la sede de Alcatel-Lucent en el barrio madrileño de Méndez Álvaro.
El shock, sin embargo, fue superado de inmediato. El plan de emergencia diseñado de antemano por la empresa y, sobre todo, la consolidada práctica laboral de teletrabajo por el 75% de la plantilla, permitió que 180 minutos después de la explosión y derrumbe, la práctica totalidad de las actividades de soporte de la compañía sobre las redes de terceros estuviera operativa y, en menos de 24 horas, el 100% de los efectivos humanos, 800 trabajadores, tuvieran en sus casas una réplica operativa fiel y eficaz de reproducción de las actividades que cada empleado cubre cotidianamente en su puesto de trabajo de la empresa.
Ángel Gutiérrez, director de operaciones de Alcatel-Lucent, asegura que la clave del «milagro» que ha permitido a la empresa restaurar todos los servicios a sus clientes en las 24 horas siguientes al desastre hay que buscarla en la orden dada a la plantilla a las 6.30 horas de la mañana del 16 de diciembre (90 minutos después de la explosión) para que no se acercara por el centro de trabajo. Al contrario, el mensaje transmitido pidió que los trabajadores permanecieran en su domicilio y, cada uno, se enganchara desde su casa a la red de Alcatel a través del portátil que el 75% de los empleados posee en su condición de teletrabajador.
Gutiérrez cuenta cómo la compañía y la representación sindical de los trabajadores han perseguido desde hace años una política para promocionar «la conciliación entre la vida laboral y personal de su plantilla». En la consecución de este objetivo, el 75% de los 800 trabajadores que Alcatel-Lucent tiene en su sede de Madrid han suscrito contratos de teletrabajo. En estos acuerdos se reconoce, se protege, se equipa y se remunera el hecho de que, al menos dos días por semana, tales empleados realicen sus ocupaciones desde su propios domicilios.
Alcatel-Lucent da a cada empleado un portátil con el software adecuado y una conexión a la red; desvía el teléfono de su puesto al móvil o al portátil y suscribe un seguro para que cualquier accidente doméstico en esos días sea tratado como incidente laboral.
Al final, el teletrabajo, que favorece al empleado, también ha sido la salvación para superar una de las peores crisis de la empresa en España.
Fuente: CincoDías.com
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– Apuntes Informática Aplicada a la Gestión Pública. Capitulo 11 Teletrabajo
La Comisión Europea ha solicitado información al gigante informático Apple para esclarecer sendas explosiones de un teléfono multimedia iPhone y de un reproductor de música iPod, fabricados por la marca estadounidense, en Francia y Reino Unido, países a los que Bruselas también ha solicitado información sobre lo ocurrido.
“Hemos pedido a los dos Estados miembros afectados, a Francia y Reino Unido, que nos remitan más información y estamos en contacto con el fabricante Apple para obtener más información sobre el producto y qué ocurrió”, explicó el portavoz del Ejecutivo comunitario, Ton Van Lierop.
Un joven francés de 18 años sufrió daños en un ojo después de que le explotara el iPhone en la cara en la localidad de Aix el pasado 7 de agosto, en la Provenza francesa, mientras que, la semana pasada, el ciudadano británico Ken Stanborough tiró a la basura el iPod de su hija de 11 años, al constatar que estaba muy caliente. Poco después de tirarlo, el aparato también explotó.
El portavoz comunitario, que admitió que Apple todavía no les ha remitido su respuesta, descartó “especular” si Bruselas pedirá retirar del mercado el iPhone, al ser preguntado por esta cuestión. “No voy a especular sobre esto. Hemos pedido información y ya veremos que ocurre. No podemos decir qué ocurrirá”, precisó.
Van Lierop precisó que el Ejecutivo comunitario quiere disponer de más información para determinar si el problema está relacionado con el aparato en sí o simplemente con una de las partidas fabricadas. “Eso es lo que queremos saber”, explicó.
Fuente: Gadgetmania
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– Apple trató de silenciar explosión
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Ken Stanborough, de Liverpool (Reino Unido) , a su hija Ellie de 11 años de edad, le explotó un iPod Touch el mes pasado. «Hizo un ruido, como un silbido», dijo. «Noté calor en mi mano, y se vio vapor». Stanborough dice que tiró el dispositivo lejos, donde en 30 segundos surgió una gran bocanada de humo que se difundió en el aire».
El señor Stanborough contactó con Apple, donde había comprado el dispositivo por £ 162. Después de ser atendido por varios departamentos, contactó con un ejecutivo de Apple en el teléfono.
Como resultado de la conversación, Apple envió una carta al Sr. Stanborough negando la responsabilidad, pero ofreciendo un reembolso.
La carta también afirmaba que, al aceptar el dinero, Stanborough estaba «de acuerdo en que se mantenga las condiciones y la existencia de este acuerdo completamente confidencial», y que cualquier violación de la confidencialidad de Apple puede resultar en la «toma de medidas cautelares, por daños y los costos legales contra el incumplimiento de las personas o partes «.
«Pensé que era una carta muy preocupante», dijo el Sr. Stanborough, que trabaja por cuenta propia en seguridad electrónica. Se negó a firmarlo.
«Están dictando una sentencia en mi vida, mi hija y la madre Ellie, por no decir nada a nadie. Pensé que era absolutamente atroz.
«No pedimos una indemnización, sólo nuestra petición de devolución del dinero», añadió.
La semana pasada se puso de manifiesto que Apple ha tratado de mantener oculto un número de casos en que sus reproductores de música digital iPod habían comenzado a fumar, estallan en llamas, e incluso quemaron sus propietarios, de los ojos del público.
Un periodista estadounidense ha obtenido 800 páginas de documentación sobre los casos de la Consumer Product Safety Commission (CPSC) a raíz de una Ley de Libertad de Información. Sin embargo, no pudo obtener los documentos hasta meses después «los abogados de Apple presentaron después la exención de la exención».
Investigadores del CPSC sugirieron que en el iPod las baterías de iones de litio pueden ser el origen del problema.
Noticia completa en: TIMES ONLINE
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