Azúcar y la hiperactividad de los niños, un mito

Toca Comer. Azúcar y la hiperactividad de los niños, un mito. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

Existen muchos padres preocupados y organizaciones de salud que creen que hay una causa – efecto, entre la relación del azúcar y el brincar como niños sin control, inclusive hay ciertas organizaciones de salud que insisten que el “gobierno”, agencias profesiones y la industria alimentaria han hecho caso omiso de la evidencia de que la dieta afecta el comportamiento. Sin embargo, la mayoría de los estudios hasta la fecha NO han encontrado una conexión, y la mayor parte de la industria médica mantiene que no existe una relación conocida entre el azúcar y la hiperactividad.

La idea de que los alimentos pueden tener un efecto en el comportamiento creció popular en 1973 cuando alergólogo Benjamin Feingold, MD, publicó «la Dieta Feingold». Abogó por una dieta libre de salicilatos, colorantes alimentarios y aromatizantes artificiales para el tratamiento de la hiperactividad. Aunque la dieta Feingold no pedía la eliminación de azúcar específicamente, muchos padres pensaron entonces que sería mejor evitar los aditivos en la comida, pero sorprendentemente un poco más tarde la azúcar refinada pronto fue objeto de escrutinio.

La realidad es que no hay evidencia científica para apoyar esta creencia.

Un estudio de 1978 publicado en la revista “Food and Cosmetics Toxicology” encontró que al aplicarle una prueba de tolerancia de glucosa a los niños hiperactivos el resultado sugería una hipoglucemia reactiva (baja azúcar en la sangre ). Hasta ahora, sin embargo, no hay buenas teorías para explicar la conexión.

Un estudio se propuso probar la expectativa de los padres que pensaban que el azúcar tenía un efecto negativo en sus hijos (3). En el experimento, a la mitad de las madres se les hizo creer que sus hijos estaban tomando algo azucarado. A la otra mitad, le revelaron que las bebidas contenían un endulzante artificial, no azúcar.

Cuando se les pidió que observaran y calificaran la conducta de sus hijos, las que pensaban que habían consumido azúcar dijeron que estaban más hiperactivos que las que sabían que habían tomado un placebo.

Pero hubo otro truco en el estudio. Mientras las madres estaban observando a sus niños, los investigadores las estaban observando a ellas. Notaron que las madres que creían que sus hijos habían tomado demasiada azúcar no sólo los criticaban más, sino que se mantenían más cerca de ellos y los observaban con más ahínco.

Así que la presunta azúcar no había cambiado la conducta de los niños sino la de las madres. (mas aquí)

Ampliar en: Papá Escéptico

Imagen: YOCUNA ARTE EN AZUCAR via photopin cc

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