Dime qué y cómo comes: así lo harán tus hijos

Toca Comer. alimnetación de niños. Marisol Collazos Soto
La alimentación y otros aspectos relativos a la nutrición están en continua revisión. Periódicamente se publican trabajos que ofrecen nuevas pautas y nos invitan a dejar atrás prácticas que, aunque tengan un buen fundamento, son mejorables. Por ejemplo, aspectos como la suplementación con ácido fólico (vitamina B9) en la mujer durante el embarazo. Se ha podido demostrar que hay más beneficios cuando el ácido fólico va acompañado de una fórmula múltiple de calidad, en lugar de la administración aislada de dicha vitamina.

Algo tan sencillo como la excesiva exposición a la fructosa añadida y otros azúcares simples en la niñez está relacionada con problemas en los niveles de ácido úrico y de hipertensión. Estas son conclusiones de un estudio representativo con más de 4 800 adolescentes, publicado en una de las revistas más prestigiosas de pediatría, Journal of Pediatrics, en 2009.

En este mismo sentido, podríamos criticar la fuerte impronta que dejan costumbres o películas en las que se recurre al azúcar para ganarse a los niños y endulzar la medicina o el chupete. Como dicen Nguyen y Lustig en un artículo: “Si Mary Poppins no hubiese utilizado el azúcar para mejorar el sabor de la píldora de los niños, quizá los niños no necesitasen ni siquiera esa medicina”.

¿Quiere usted dejar de ver a sus hijos sufrir por problemas relacionados con el acné? ¿Qué tal si deja de ingerir leche y otros derivados lácteos insulinotrópicos delante de ellos? Según Ngunen y Lustig, existe una relacion directa entre las elecciones de los alimentos por parte de los hijos y lo que ven en casa. Además, las conclusiones de otro trabajo del Departamento de Dermatología de la Universidad de Osnabrück (Alemania) hablan del acné como síndrome relacionado con el efecto insulinotrópico de la dieta actual, con los lácteos jugando un papel fundamental al respecto. Terminan aseverando que ambas acciones, restricción de leche y reducción general del efecto insulinotrópico de la dieta, tendrán un impacto enorme en el control y la prevención de enfermedades propias de países occidentales como la obesidad, la diabetes, el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y el acné.

En cuanto al uso lúdico o a modo de extra que suele hacerse de la comida rápida (nótese que aquí debemos incluir no sólo las hamburgueserías y pizzerías americanas, sino todo tipo de comida procesada, incluidos muchos bares de tapas, heladerías, cafeterías, etc), ¡mucho ojo con crear el hábito!, pues se ha observado en un estudio que todas esas opciones obesogénicas se caracterizan por elevar en exceso la insulina e inducir lo que se denomina resistencia a la insulina en el Sistema Nervioso Central, su relación con alteraciones de la hormona leptina y las señales de saciedad o las respuestas hedonistas respecto a la comida… Decida qué tipo de comportamiento quiere mostrar con la próxima generación.

Ampliar en: Más que Ciencia

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