Mauricio-José Schwarz explica por qué la agricultura ‘orgánica’ es más peligrosa que la industrial:
Los cultivos orgánicos no están sujetos a los mismos requisitos que los cultivos industriales, debido a la presión de los alternativistas. Esto facilita cosas como el brote de E. coli de Alemania, que fue todo un escándalo hasta que su origen se identificó en unos cultivos orgánicos y entonces todos los ecolojetas callaron de modo cómplice aunque murieron 53 personas.
Estos no sólo son los controles en cuanto a higiene, sino en cuanto a uso de pesticidas y en cuanto a características del producto en sí, que no tiene que cumplir los parámetros que sí tienen que cumplir otros cultivos. Por ejemplo, los pesticidas «naturales» de la agricultura orgánica como las soluciones de cobre (que usan como fungicida) se quedan para siempre contaminando la tierra, pues no tienen que ser biodegradables como lo son los modernos pesticidas autorizados. Otro usado frecuentemente, la rotenona, se ha vinculado claramente (en estudios serios, no tipo Séralini) a la enfermedad de Parkinson
Si bien ha habido brotes de E.coli y de salmonella, la desregulación conlleva muchos otros peligros, que también se han materializado.
Por ejemplo, se han hallado productos ‘orgánicos’ con arañas venenosas, ranas vivas, restos metálicos y, en comida ‘orgánica’ para bebés incluso se halló arsénico.
La falta de controles también ha llevado al no-etiquetamiento de productos con ingredientes a los que hay alergias, poniendo riesgo a millones de consumidores.
Y se sabe que los pollos ‘orgánicos’ tienen tres veces más probabilidades de estar infectados con bacilos Campylobacter, que pueden causar parálisis y la muerte, que los pollos industriales.
Mientras tanto, ningún transgénico ha causado jamás ni siquiera un resfriado común, pero las transnacionales naturistas y ‘orgánicas’ pretenden etiquetarlos como si fueran peligrosos.
Fuente: DE AVANZADA