Etiquetado nutricional para el olvido: Café Hacendado mágico o cuando las partes suman más que el todo

Toca Comer. Etiquetado nutricional para el olvido: Café Hacendado mágico o cuando las partes suman más que el todo. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

En todos, absolutamente todos, de los cafés comercializados a partir de la marca de distribuidor (café de barca “blanca”) de una conocida empresa de distribución de alimentos española (Mercadona) aparece lo que para mí no es otra cosa que un sinsentido, un imposible: en su correspondiente tabla de “información nutricional” cuando se citan las kcal del producto y se enumeran las correspondientes cantidades de proteínas, hidratos de carbono, grasas y demás resulta que, al hacer el desglose de las grasas, la suma de las distintas fracciones (la cantidad de los distintos ácidos grasos que caracterizan esa cantidad de grasa total dada) es mayor que el propio total… y no por poco precisamente.

Lo puedes ver en las fotos de dos presentaciones distintas del distribuidor, uno de café molido y otro de café en grano. Tomando como ejemplo el caso de la foto de la derecha, nos dice que del total de las grasas 0,16g contenidas en 100mL de bebida obtenida con ese café hay saturadas 0,77g; monoinsaturadas 0,20g; y polinsaturadas 0,82g. Más o menos te viene a decir que:

0,16 = 0,77 + 0,20 + 0,82 (¿?)

Llamé al servicio de atención al cliente del conocido distribuidor (que tiene fama de atender muy bien). En él una telefonista solícita tomó nota de mi duda y me respondió que en menos de una semana recibiría una llamada del mencionado servicio de atención al cliente. Como así fue. Me llamaron y una empleada, menos amable y más seca que la primera, me dio dos explicaciones… bueno en realidad dos excusas. La primera que según sus datos el etiquetado del café cumplía punto por punto la normativa (será la normativa pero no la lógica) y segundo que, en el caso de estar mal (cosa que en ningún caso admitió) la responsabilidad es de los laboratorios a los que mandan sus productos para obtener los correspondientes datos bromatológicos expresados en la tabla. Agradecido, que no convencido, le pedí si por favor me podría dar esa misma respuesta por escrito, para lo que le aporté mi correo electrónico. Me contestó “que haría lo posible”. Bien, pues no debe de haberle sido posible porque ya ha pasado un tiempo más que prudencial y el correo no ha llegado.

Ampliar en: El nutricionista de la general

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