Partido Popular (PP)
Partido Popular. EL más corrupto.
Desastre en los gobiernos de murcia y Valencia.
Artículo completo en: LOS GENOVESES, SA
Artículo sobre la realidad de como actúa el PP, de Lucas Leon Simon
Han pasado 27 meses, y más allá de la repugnancia ideológica que nos produce, más allá de la regresión política y del retroceso generalizado de libertades y calidad democrática que se está produciendo, el gobierno de Mariano Rajoy se caracteriza por una absoluta incapacidad, una verificable insolvencia y una torpeza en la gestión rayana en la completa ineptitud.
Los sucesos de Ceuta, un inadmisible e infrahumano crimen de estado, revelan hasta qué punto estamos administrados no sólo por retrógrados de la peor calaña sino por auténticos marmolillos. Se han unido un ministro medieval y un director de la Guardia Civil, franquista y mentiroso, hasta los tuétanos.
El hecho diferencial de este gobierno es lo que se equivoca, no es la anécdota, es la categoría; no es el sofisma es el resplandor. Decir que no se han disparado pelotas de goma, decir que se iba a querellar por insinuarlo y admitirlo en delirante rueda de prensa por el ministro, es todo uno.
La planificación, la coherencia, la verdad, brillan por su ausencia y el resultado son quince personas, tratadas peor que animales, muertas. Cualquier gobernante con un mínimo de decoro y decencia personal habría dimitido. Pero estos, numerarios del Opus, desnudan sus huesos, mondos y lirondos, de cualquier responsabilidad y se vuelven a su comunión diaria.
Mientras tanto, Jorge Moragas, jefe de gabinete del presidente, planifica un viaje a Turquía en el que presidente de un país soberano sirve de telonero y bufón de un acto electoral de un candidato que reúne todas las sospechas de corrupto y sátrapa del momento, y José Manuel Soria, ministro de no se sabe qué, se inventa un recibo de la luz esperpéntico, tan inútil como él mismo y que supone una nueva burla al consumidor.
Llevan adelante unas inusitadas prospecciones en busca de petróleo, nada menos que en Ibiza o Canarias y espantan a medio mundo de posibles visitantes, ponen a punto de rebelión hasta sus propios gobernantes y amagan con matar la gallina de los huevos de oro del turismo, a la par que diseñan una nueva ley del aborto, que nadie salvo la Conferencia Episcopal ha pedido, y que rechaza una mayoría social del país, incluida la propia vicepresidenta del Congreso.
El ministro Wert esconde su cobardía personal buscándose un arbitrario compromiso en el Reino Unido, concertado tres días antes de la gala anual de nuestro cine, y los “maquilladores” oficiales del partido diseñan un currículum falso de un líder andaluz, dedazo desnudo de una entelequia de democracia, que solo pretende ocultar el aparaterismo pesebrista donde se ha criado y alimentado.
Acostarse cada noche sabiendo que esta gente nos gobiernan es inquietante. A punto del insomnio completo. O si no oyendo a una alcaldesa de la ciudad más importante del país que confunde Andalucía con Asturias, un gobierno de dos con un tripartito y la velocidad con el tocino de un relaxing cup.
Y detrás están la Gurtel. Y Bárcenas. Y los 100.000 millones regalados a la Banca. Y el lobby de las eléctricas. Y los sobresueldos. Y el paro. Y el hambre. Y los desahucios. Y el sursum corda.
Desdichados. Ellos y nosotros.
Veo en todos los telediarios a Ruiz-Gallardón explicar la vieja ley, alumbrada de nuevo por la más rancia España, ese proyecto de ley que les da el poder de decidir dentro del propio cuerpo de las mujeres. Se le llena la boca de derechos encontrados, pero hasta para referirse a uno de ellos lo hace en latín, lengua muerta, que es la oficial de ese secular poder que inspira -quizás ordena- el retroceso y la agresión contra las mujeres; por una vez, no habla “de acercar la normativa a los países de nuestro entorno”, esa Europa que, con amplia mayoría, hace muchos años que respeta la integridad de las mujeres.
Este ministro de presunta Justicia me hace recordar tiempos remotos; aquellos años en que la UCD prolongaba sus estertores, y las mujeres -primero las vanguardias feministas, pronto la mayoría social- clamaba por la despenalización del aborto. Tiempos de discretos viajes a Londres, o a Holanda, de jóvenes con posibles; tiempos, también, de cientos, de miles de mujeres desangradas tras intervenciones clandestinas, sin medios ni especialistas adecuados. Tiempos en los que muchos hombres decidimos firmar la (físicamente imposible) autoinculpación, como presión solidaria con las que -ellas sí- sufrían penas de cárcel después de ejercer su libertad.
Tiempos que creíamos perdidos con la Transición, y situaciones de injusticia a las que puso un parche el gobierno de Felipe González con la despenalización del aborto en los tres conocidos supuestos. Hubo que esperar a la segunda legislatura de Zapatero para que se diera el salto cualitativo real y se consagrara el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo con la ley de plazos de 2010. Con cautelas y limitaciones temporales razonables, se convertía (¡Por fin!) el DELITO en DERECHO. Un derecho sometido desde el primer día a la renuencia de muchos facultativos, que apelaban a su conciencia para coartarlo; un derecho denostado por manifestaciones, apoyadas por el Partido Popular, e inspiradas y alentadas por la jerarquía católica, esa misma que había bendecido y calificado como “Cruzada” la rebelión contra el régimen democrático, y que miró para otro lado cuando la victoria se tradujo en miles de ejecuciones.
El triunfo electoral del PP en 2011, convirtió la desaparición de ese derecho, y la consiguiente vuelta a treinta años atrás, en una mera cuestión de tiempo y oportunismo: esa era, y es, su doctrina. No les basta con gobernar para los que más tienen, ni siquiera con recortar derechos sociales. Quieren que queden claras sus creencias privadas. No imponen burkas, ni expulsan a las mujeres de la educación; tienen otras formas, menos “agresivas”, pero que en esencia son idénticas a las de cualquier fundamentalismo religioso: traducir en leyes para TODOS, lo que debería afectar en exclusiva a su conciencia individual. Gallardón, al suprimir el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, se revela como un auténtico Talibán.
Fuente: laicismo.org
La responsable de Igualdad con Zapatero cree que la reforma se debe a un pacto entre Gobierno, la Conferencia Episcopal y los grupos provida.
“La ultraderecha y el nacionalcatolicismo han ganado la batalla”, sentencia Soledad Murillo, responsable de las políticas de Igualdad en el primer Ejecutivo de Rodríguez Zapatero (2004- 2008) y artífice de las leyes de Violencia de Género e Igualdad. Sitúa esas fuerzas dentro del propio Gobierno y cree, además, que la reforma restrictiva del aborto tiene mucho que ver con “un pacto implícito entre el Gabinete de Rajoy, la Conferencia Episcopal y los grupos provida”; un pacto que se produce “precisamente cuando el papa Francisco ha calificado como ‘obsesión’ la lucha contra el aborto”. “Las españolas volverán a tener que viajar al extranjero para interrumpir la gestación”, advierte.
“Hemos vuelto a los años ochenta del siglo pasado”, critica Murillo, veterana feminista. Esta “involución” desplaza a España hasta situarla “al nivel de los países de la UE con legislaciones más restrictivas sobre interrupción del embarazo”. “Ahora el Gobierno limita el aborto a dos supuestos que son irrenunciables, según la doctrina de Naciones Unidas: la violación y el peligro para la salud de la madre”. Pero además, introduce “obstáculos añadidos”, como la necesidad de dos dictámenes médicos y la ampliación del plazo de reflexión de tres a siete días. “El resultado es que se criminaliza a las mujeres que quieran interrumpir la gestación”, asegura esta experta. Añade otra objeción: con la reforma se perderá el contenido sobre prevención del embarazo y aliento a la educación sexual que sí figuraba en la legislación de 2010, la que estableció el aborto como derecho —sin necesidad de tener que alegar causas en las primeras 14 semanas—. Murillo también lamenta las futuras limitaciones al aborto que establece la ley Gallardón cuando haya malformación del feto.
“La nueva ley genera una enorme incertidumbre entre las mujeres. El ministro debe explicar qué es eso de que no habrá reproche penal, porque el Código Penal no reprocha, sino que castiga. ¿Qué pasará además si alguna clínica privada orilla la ley?”, plantea la socióloga. Cree que las españolas volverán a verse obligadas a viajar al extranjero para interrumpir la gestación, como ocurría antes de la despenalización de 1985. “Allí podrán hacerlo sin sentirse victimizadas y sin tener que dar razones”, puntualiza. Recuerda que, históricamente, en la gran mayoría de los abortos se ha aducido el riesgo psicológico para la mujer, un supuesto que quedará muy limitado con la contrarreforma del PP.
“Hay una involución general en lo que a derechos de las mujeres se refiere”, concluye Murillo. A la restricción al aborto suma la “derogación de facto” de la Ley de Dependencia —miles de mujeres han dejado de cotizar como cuidadoras y no hay nuevos beneficiarios— o la intención de que las amenazas en violencia machista dejen de ser delito para convertirse en falta.
Fuente: laicismo.org
Así estamos: un asalto más a los derechos humanos, a la salud, a la justicia. Ahora convirtiendo al aborto en un tema de confrontación y cargándose los derechos de más de la mitad de la población del país. Más reaccionarios que los reaccionarios países católicos de Europa como Irlanda o Polonia. Yendo más allá de lo que parece razonable, incluso en un mal sueño. Las mujeres, de nuevo, convertidas en presuntas culpables, simplemente por intentar ejercer su necesaria voluntad sobre su salud y sobre si quieren reproducirse. Algo que deja el ataque a la igualdad en el sistema educativo en algo anecdótico. Algo que es tan intrínsecamente una obsesión malsana de los católicos que incluso los parabienes y prebendas que se les siguen adjudicando en la educación parecen algo medianamente razonable. Qué asco, cuánta maldad, qué porquería de gentuza nos está tocando, mientras en su partido andan escondiendo las pruebas de la verdadera razón detrás de todo el control que quieren imponer: seguir trincando, tener el poder, y la pasta, perpetuarse como élites absolutas mientras nos roban el dinero.
Y dentro de nada llegará lo que faltaba, la criminalización de la disidencia, el último ataque para que ya no quede demasiado. Sin dinero, sin derechos, sin voz: sinvergüenzas.
Fuente: Por La Boca Muere El Pez
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«La ayuda a la dependencia es una falacia y por eso no acepto que ningún político, ningún juez, ningún profesional influya en mi decisión de abortar porque soy yo la que va a tener ese niño y la que tendría que cuidar de él». El testimonio de Lucía es uno de los protagonistas de 100.000 mujeres invisibles, un documental elaborado por la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (Acai) en el que tres mujeres ilustran las consecuencias que tendrá la inminente reforma de la ley del aborto anunciada por Alberto Ruiz Gallardón.
Lucía quería quedarse embarazada, tal y como explica ella misma en el vídeo, presentado hoy en el Ateneo de Madrid. Pero su feto padecía el síndrome de Turner. Si conseguía llegar al término del embarazo, su bebé apenas viviría unos meses. Si superaba ese período, sus múltiples deficiencias le impedirían tener una buena calidad de vida. Lucía, a pesar de haberlo pasado mal —reconoce—, hoy volvería a hacer lo mismo. Lucía es una de las 3.000 mujeres que, si se cumplen las amenazas del titular de Justicia (no se conoce el texto de la reforma), no podrán abortar porque el anuncio de Gallardón restringe el supuesto de daños en el feto a sólo las patologías incompatibles con la vida, es decir, al 0,09% de los casos, según Acai. Por tanto, el 99% de las mujeres
«A Gallardón no le preocupan los datos de la realidad; no piensa que se está jugando con la salud de las mujeres», denunció la vicepresidenta de Acai, Francisca García, insistiendo en el hecho constatable de que «las mujeres que quieran abortar lo seguirán haciendo, pero recurriendo a la clandestinidad». «El legislador aún no ha asimilado que una mujer, con ley o sin ella, interrumpirá su embarazo si está decidida a hacerlo», insistió. «La realidad es lo importante, pero ellos están preocupados por la ideología porque están viendo cómo la ultraderecha está arrasando en Europa y quieren evitar la fuga de votos por la derecha de la derecha», añadió.
Ampliar en: laicismo.org
La evidencia científica es uno de los pilares sobre los que se asienta la medicina moderna. Esto no siempre ha sido así: durante años, se aplicaron tratamientos médicos sin comprobar previamente su eficacia y seguridad. Algunos fueron efectivos, aunque muchos tuvieron resultados desastrosos.
Sin embargo, en la época en la que más conocimientos científicos se acumulan de la historia de la humanidad, existen todavía pseudo-ciencias que pretenden, sin demostrar ninguna efectividad ni seguridad, pasar por disciplinas cercanas a la medicina y llegar a los pacientes.
Los firmantes de este manifiesto, profesionales sanitarios y de otras ramas de la ciencia, periodistas y otros, somos conscientes de que nuestra responsabilidad, tanto legal como ética, consiste en aportar el mejor tratamiento posible a los pacientes y velar por su salud. Por ello, la aparición en los medios de comunicación de noticias sobre la apertura de un proceso de regulación y aprobación de medicamentos homeopáticos nos preocupa como sanitarios, científicos y ciudadanos, y creemos que debemos actuar al respecto. Las declaraciones de la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) asegurando que “no todos los medicamentos homeopáticos tienen que demostrar su eficacia” y que “la seguridad no se tiene que demostrar con ensayos clínicos específicos” no hacen sino aumentar nuestra preocupación.
Por lo tanto, solicitamos:
También puedes leer nuestro manifiesto en galego, català y euskera.
Fuente: #nosinevidencia
Creía que ninguna declaración de Mariano Rajoy me podía sorprender. Desde aquellos hilillos de plastilina del Prestige hasta hoy han pasado muchas cosas: el “salvo alguna cosa”, el “la segunda ya y tal”, lo del plasma… Después de asistir a todo eso yo me creía ya inmune a cualquier cosa que hiciera o dijera Rajoy. Pero me equivocaba.
Y Rajoy me volvió a sorprender. Lo pondré por escrito porque aún no me lo puedo creer. Transcribo literalmente. Impresiona:
Fuente: erikenea.net
La comunión escolar, como ya se le conoce entre los técnicos del ministerio de Educación, podrá aumentar hasta medio punto la nota final de Matemáticas y se administrará en los mismos pupitres de los alumnos, a fin de evitar alborotos en las clases. “Para recibir a Dios no hace falta levantarse de la silla y empezar a corretear”, ha advertido Wert a los alumnos.
Los capellanes, que se irán incorporando a lo largo del próximo curso, tendrán la categoría Defcon 3 dentro de la escala de funcionariado, lo que significa que podrán interrumpir una clase para practicar un oficio religioso o incluso acortar la longitud de un rio que consideren demasiado largo. “Lo del Ebro es una barbaridad que no aporta nada a los chicos”, ha declarado Rouco Varela.
Aunque la comunión no será obligatoria en ningún caso, el ministerio de Educación recomendará a los Institutos que separen a los alumnos comulgantes en aulas más luminosas, y a los no comulgantes en otras, más pequeñas y húmedas. En ambos casos, se informa desde el ministerio, todos los alumnos contarán exactamente con el mismo plan de estudios y profesorado, “si bien los no comulgantes deberán asistir a clase portando un tocado de fieltro en forma de orejas de burro”, ha puntualizado el cardenal prelado.
Fuente: Rokambol news