La Guardia Civil, en una operación llevada a cabo en Navarra y Málaga, ha desarticulado un grupo de ‘hackers’ que había obtenido datos bancarios de más de 20.000 personas, y poseía más de 500 tarjetas de crédito falsificadas, así como de abundante documentación de diversos países de la Unión Europea.
Vicente Ripa, delegado del Gobierno en Navarra, explicó que el cerebro de la red es un joven ‘hacker’ buscado internacionalmente de sólo 19 años, M.E.A, que actuaba junto con M.I., de 27 años; M.E.M., de 28 años; A.R., de 30; y A.N., también de 30 años. Todos ellos de nacionalidad marroquí. Además, fue detenida la joven C.N.M.R., de 21 años, natural de Ceuta y vecina de Fuengirola. Todos ellos fueron arrestados en Málaga, y los tres primeros se encuentran en prisión. La operación continúa abierta.
Los detenidos disponían en sus archivos más de 200.000 direcciones de correo para ser utilizadas en sus campañas fraudulentas. También se les han intervenido 500 tarjetas de crédito falsificadas, así como lectores de tarjeta, grabadores y distorsionadores de frecuencia. El grupo disponía de diversas páginas web para la recarga de tarjetas prepago de telefonía, a mitad de precio, que utilizaban para capturar los datos bancarios de las personas que recargaban sus tarjetas.
La operación se inició hace un año, cuando un vecino de la localidad navarra de Elizondo denunció ante la Guardia Civil que le habían sustraído la totalidad del dinero de su cuenta mediante transferencias no autorizadas. A partir de ahí, la Guardia Civil detectó en Internet un gran número de campañas de ‘phishing’, consistentes en el envío masivo de correos electrónicos, suplantando la identidad de varias entidades bancarias nacionales.
Páginas web falsas
El ‘cerebro’ del grupo se encargaba de diseñar páginas web casi idénticas a las de las entidades, para así obtener datos bancarios y personales; y para no ser identificados, establecían conexiones desde ordenadores de otros usuarios o a través de redes inalámbricas abiertas. Además, el equipo de piratas accedían ilegalmente a sistemas informáticos de empresas y a sus bases de datos, para robar información personal y económica.
Los detenidos también contaban con diversas páginas web para la recarga de tarjetas de prepago de telefonía, a mitad de precio, que utilizaban igualmente para capturar los datos bancarios de los usuarios, que eran utilizados en ocasiones para realizar compras fraudulentas a través de la red.
Hasta el momento no se han cuantificado las cantidades totales del fraude, aunque se estima que es considerablemente elevado por la multitud de usos recabados. Según explicó el delegado, en muchas ocasiones, eran los propios usuarios los que los introducían confiados desde su ordenador personal, con la aparente seguridad de que los remiten a entidades de ahorro e inversión o de telefonía móvil.
El dinero acababa llegando a los estafadores virtuales, que ingresaban los fondos de particulares mediante transferencias bancarias telemáticas en cadena, intentando borrar todo rastro del robo en la red. En otras ocasiones, el resultado era recargas telefónicas con dinero ajeno. Aunque no siempre estos estafadores deben servirse para realizar sus fechorías de la confianza de los ciudadanos, ya que su destreza también les permitía adentrarse en sistemas informáticos para obtener directamente los datos bancarios de terceros, porque «son verdaderos expertos con un dominio extraordinario de la técnica y un conocimiento profundo de los usos más habituales en la red», precisó Ripa.
Fuentes: diversas
El DAS responsabiliza a John Jairo Sabalza Cabezas, conocido también como ‘el Brujo’, un radiotécnico que se ganaba la vida de pueblo en pueblo.
Velas encendidas alrededor de una silla y el testimonio de una joven que se había sometido a un ritual para la buena suerte, son las principales pistas de las autoridades para esclarecer los crímenes de tres mujeres en Cartagena.
Todo indica que aprovechando su supuesta habilidad, Sabalza suministró bebedizos a las mujeres que acudieron a él y luego aparecieron muertas.
Consuelo Alpist Álvarez, de 38 años, y su sobrina Telma María Fuentes Alpist, de 26, resultaron ser las primeras interesadas en sus rezos. Sin embargo, la mañana del 18 de octubre murieron.
Los cadáveres de tía y sobrina aparecieron en el segundo piso de una casa del barrio Chiquinquirá de Cartagena.
Ese día, las autoridades solo lograron establecer, gracias a testigos, que «Consuelo y Telma visitaban al parasicólogo de ‘colita’ (cabello largo recogido)».
Un mes después, el 23 de noviembre, las autoridades encontraron el mismo ritual en otro homicidio y la señora Carmen Judith González, del barrio La Providencia fue la víctima. En la escena del crimen hallaron velas y una silla.
La hija de Judith contó al DAS que el síquico les dio un bebedizo para un ritual y ambas se quedaron dormidas. Cuando ella despertó su mamá estaba muerta.
La descripción física en ambos casos, así como varias pesquisas, condujeron a los detectives del DAS hasta una vivienda del barrio Paraíso (Turbaco). Allí capturaron a Jairo Sabalza, quien se hacía llamar John Jairo Henao.
Fuente: http://www.eltiempo.com