Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista médica JAMA muestra que decenas de millones de estadounidenses creen en las más variadas y también absurdas conspiraciones médico-científicas.
Así entre el 15% y la mitad de los adultos estadounidenses piensan que
* Las autoridades sanitarias están manteniendo deliberadamente fuera del mercado tratamientos «naturales» contra el cáncer debido a la presión de las compañías farmacéuticas. Como sí las grandes farmacéuticas hicieran ascos al modo de curar una enfermedad. Ellos rápidamente envasarían el producto y a ganar dinero. ¿O de donde piensan que han salido la gran mayoría de los medicamentos actuales? Pues de plantas, bacterias, hongos y demás seres vivos naturales.
* Aunque los teléfonos móviles causan cáncer, las grandes empresas sobornan a los funcionarios de salud para que no hagan nada al respecto. Eso sí, lo dicen mientras se encuentran enganchados al WassApp y se tiran horas y horas hablando con el móvil con sus amigos.
* Los médicos y el gobierno quieren seguir vacunando a los niños a pesar de saber que las vacunas causan autismo. Infundio desprestigiado hasta la saciedad cuando se demostró que el infame médico que lo divulgó se inventó su estudio para ganar dinero estafando a las asociaciones de afectados.
* La CIA infectó deliberadamente a los afroamericanos con VIH. Sin comentarios, una organización tan chapucera es incapaz de tamaña brillantez tecnológica.
* Que los alimentos genéticamente modificados son una conspiración para reducir la población mundial. Pues, a no ser que sea haciendo morir a la gente por sobrepeso yo no lo veo claro.
* Que las empresas utilizan la fluoración del agua para encubrir la contaminación. Esta conspiración me gusta mucho porque ya la denunció el famoso general estadounidense loco de la genial película «Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú»
Fuente: Diario de un ateo