Por primera vez en la historia, el escáner de la actividad del cerebro de un presunto asesino, obtenido por resonancia magnética funcional, ha sido utilizado como evidencia en un juicio. Los abogados defensores de Brian Dugan, acusado de raptar y matar a una niña de 10 años en 1983, usaron las neuroimágenes para demostrar que su cliente padecía una psicopatía que le impedía controlar su comportamiento, intentando evitar así la pena de muerte.
El neurocientífico Kent Kiehl, de la Universidad de Nuevo México, fue el encargado de llevar a cabo la investigación en la prisión, donde sometieron al presunto asesino a varios escáneres de la actividad cerebral mientras realizaba diferentes tareas, entre ellas algunos tests que valoraban su capacidad de razonamiento moral. A pesar de que su cerebro mostraba anomalías similares a las detectadas en otros psicópatas, Kiehl asegura que el escáner «no prueba que Duan cometiera los crímenes como resultado de una anormalidad cerebral». “Sólo sabemos que su cerebro es diferente”, puntualiza. A esto hay que añadir que, según Jonathan Brodie, un psiquiatra de Nueva York que fue llamado como testigo durante el juicio, “una resonancia hecha en septiembre de 2009 para esclarecer un proceso mental que se produjo en 1983 tiene poco sentido”.
Aunque finalmente Dugan fue condenado a pena de muerte, los expertos aseguran que el escáner tuvo repercusión, ya que el jurado deliberó durante más de diez horas antes de llegar a un veredicto unánime. “Sin la imagen cerebral hubieran vuelto en una hora”, ha asegurado el abogado defensor Steve Greenberg.
Fuente: muyinteresante