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Archivo diario: 2010/01/22

¿Por qué una gran base de datos de ADN es peligroso en criminología?

Parte del problema con la ampliación de la base de datos de ADN es que  aumenta la probabilidad de que sucedalo siguiente :

Después de un juicio de siete días, Jama había sido declarado culpable de violar a una mujer de 40 años en los aseos de una discoteca en los suburbios.

La única prueba que lo vinculaba con el crimen fue una muestra de ADN tomadas del kit de la violación de la mujer.

… …

Jama había negado rotundamente la acusación de violación y dijo que nunca había estado en esa discoteca, no en la noche fría de Melbourne, ni nunca.  En repetidas ocasiones declaró que estaba con su padre gravemente enfermo al otro lado de Melbourne,  con su lectura de pasajes del Corán.

Pero el juez y el jurado no comprobó su coartada, a pesar de las pruebas en su apoyo de su padre, hermano y amigo.  Por el contrario, creían al forense que declaró que había una en 800 mil millones de posibilidades de que el ADN perteneciera a una persona distinta del acusado.

Esta semana Jama desmentía esa estadística absurda.  Después de que los fiscales admitieron que el error humano en las pruebas de ADN en que se basa el caso está contra Jama, su condena fue anulada.

Los fiscales dijeron que no podían descartar la contaminación de la muestra de ADN después de que  el mismo médico forense que utilizó el kit de  violación había tenido una primera muestra de Jama en un asunto no relacionado. . Se admitió una «grave error involuntario de la justicia».

El ADN es una herramienta forense importante cuando se usa correctamente. Pero no es infalible, sobre todo porque la contaminación puede dar lugar a falsos positivos.

Cuanto más  perfiles de ADN  se almacenen en una base de datos, más probabilidades habrá de una coincidencia encontrada por estos falsos positivos.  Y tal es la creencia en la infalibilidad de las pruebas de ADN, gracias a la impresionante oportunidad de considerar  «uno en 800 mil millones  que el ADN pertenecía a otra persona distinta al  acusado», que es probable que aumente el número gente que es inocente y resultan condenados. La mejor solución es mantener la base de datos de ADN pequeña, estrecha y útil.

Fuente: mobitech.web.id

Investigado por fraude el fabricante británico de las varillas de zahorí para detectar bombas

Jim McCormick, quien ha vendido al Gobierno iraquí detectores de bombas basados en el zahorismo por 85 millones de dólares, está siendo investigado por ese fraude por la Policía de Avon y Somerset. Gerente de la firma ATSC, McCormick, de 53 años, se encuentra en libertad bajo fianza después de haber sido arrestado e interrogado. Según informa The Times, cientos de personas han muerto en los últimos meses en Bagdad después de que coches-bomba pasaran sin problemas por los controles de seguridad en los que policías y militares utilizan estos dispositivos para detectar explosivos.

El precio de cada dispositivo de ATSC oscila entre 11000 y 40000 euros. La compañía asegura que pueden detectar «todas las drogas conocidas y sustancias que contengan explosivos» basándose en «la atracción electrostática de largo alcance de iones altamente cargados». Según el fabricante, el dispositivo, llamado ADE 651, consiste en una empuñadura y una varilla, carece de batería u otra fuente de enegía y de componentes electrónicos, se carga al caminar el operador y, si hay explosivos cerca, la varilla apunta a ellos. A partir de esos principios, cabe concluir que se trata de simples varillas de zahorí disfrazadas de equipo de alta tecnología. El problema es que lo que está en juego aquí no es que le saquen los cuartos al ingenuo de turno, sino vidas humanas.

Noticia completa en: Magonia

Religión y violencia. Vídeo: más allá de Egipto

Para nadie es un secreto que las religiones en todo el mundo han estado estrechamente ligadas con la violencia.

Muertes, asesinatos, sacrificios humanos, guerras y todo tipo de abominaciones han salido de las religiones.

Al respecto, tomado del canal yodiegoalejandro1985 en YouTube el reportaje de Discovery Channel llamado: Religión y violencia. Más allá de Egipto.

Lo triste de todo es que aún continúa ocurriendo como el conflicto religioso en Nigeria, donde han habido enfrentamientos entre musulamenes y cristianos con saldos de cientos de muertos o los sacrificios de niños en África o los terroristas que se inmolan por su dios.

Disfruten:

clic para ver/ocultar (+/-) los vídeos del 2 al 6

Fuente:  Piensa… luego existe

Bajo licencia Creative Commons

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Enlaces de interés sobre religiones:

Convicciones erradas: el 50% de los testimonios oculares podría estar equivocado

Este estudio ilustra, de forma bastante dramática, un engaño bastante común del que suele ser objeto la memoria: la sugestionabilidad.

El experimento, desarrollado en la Universidad Estatal de Iowa, muestra un diseño muy simple pero sus repercusiones son inmensas para el campo de la Psicología Forense. A los participantes les mostraron un video de una cámara de seguridad donde se observaba a un hombre caminando hacia una tienda. El video solo duraba 8 segundos pero fue pasado con lentitud para que las personas pudiesen apreciar la mayor cantidad de detalles posibles aunque verdaderamente, por la calidad de la cinta, se podían vislumbrar muy pocas peculiaridades.

Después de haber visto el video a los participantes se les dijo que aquel hombre era un asesino que una vez que desaparecía de la vista de la cámara de seguridad entró en la tienda y mató al guardia. Esta información era verdadera, sustentada en un caso real.

A los participantes se les dijo que su tarea sería identificar al asesino entre cinco fotos, las cuales habían sido verdaderamente utilizadas en el caso original solo que en el experimento se excluyó la foto del verdadero asesino.

En este punto se dividió el grupo en tres subgrupos:

– Al primer grupo no se le brindó retroalimentación acerca de su elección del sospechoso.
– Al segundo grupo se le dijo que se habían equivocado en la decisión.
– Al tercer grupo se le hizo creer que habían identificado verdaderamente al asesino.

Posteriormente a cada persona se le preguntó cuántos aspectos o factores habían utilizado para identificar al sospechoso, cuán seguros estaban de sus decisiones, cuán bien habían podido observar al hombre del video y si podían brindar detalles de su cara.

Los resultados mostraron que el simple hecho de felicitar a las personas por haber elegido correctamente al sospechoso provocaba un gran efecto en sus reportes: automáticamente reconocían que estaban muy seguros de su elección y por lo tanto sus juicios eran muy confiables; reconocieron que habían tenido una buena panorámica del asesino y que la identificación había sido muy fácil. Así, brindar una retroalimentación positiva catapultó la confianza de los participantes haciéndoles creer firmemente que su juicio era del todo acertado.

Sólo el 15% de las personas a las que se le dijo que se habían equivocado realizando la identificación continuaban confiando en su juicio mientras que el 50% de las personas a las que se le brindó una retroalimentación positiva aumentaban su seguridad en la identificación errónea.

En una segunda parte del experimento se deseaba valorar cuán conscientes eran las presuntos testigos sobre la incidencia de la retroalimentación. Es decir, si se habían percatado que después de las palabras de los investigadores su confianza aumentaba o disminuía.

Los resultados ya deben imaginarlos: las personas no se daban por aludidas ni creían que las palabras de aprobación o desaprobación de los experimentadores pudiesen variar lo que ellos habían «visto».

Los investigadores aseveran que el fenómeno de la retroalimentación positiva no es necesario que transcurra a través de palabras sino que pueden bastar simples señales extraverbales de satisfacción de las fuerzas policiales. Así, estas señales podrían ser las causantes de las certezas que muchos de los testigos oculares presentan en los juicios cuando realmente su conocimiento sobre los hechos o su capacidad de identificación no son tan sólidos como para condenar a una persona.

Fuente: Rincón de la Psicología

Bajo licencia Creative Commons

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Enlaces relacionados:

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Miéntime que me gusta

Cuando la pseudociencia de la frenología causaba furor

Desde principios y hasta mediados del siglo XIX se creyó que el estudio de las protuberancias óseas del cráneo de una persona revelaba sus talentos y carácter. Este análisis de la psique humana se llamó frenología, y su creador fue el médico austriaco Franz Joseph Gall, nacido en 1758. Darwin y muchos otros hombres de ciencia se interesaron en las teorías de Gall, e incluso la reina Victoria hizo que un frenólogo examinara a sus hijos, para indagar sus probabilidades de éxito posterior.

Después de examinar el cráneo de delincuentes, lunáticos y ciudadanos normales, Gall dividió el cerebro en 37 regiones. Asignó rasgos clave del carácter, como la firmeza, la autoestima y el amor paterno, a la parte superior, y la reserva y la cautela, a un lado del cráneo. Gall sustentaba la teoría de que las protuberancias craneales reflejaban el crecimiento, y, por lo tanto, el mayor desarrollo de diversas partes del cerebro. Sin embargo, la creencia de que se podía «leer en alguien como en un libro» con base en los contornos craneales provenía de un grave error de anatomía que sólo más tarde saldría a luz.

El error de Gall fue creer que el crecimiento cerebral moldeaba al cráneo y que, de tal suerte, los contornos de éste revelaban las facultades mentales. Hoy se sabe que entre el cráneo y el cerebro está el espacio subaracnoideo, que contiene líquido cefalorraquídeo; éste sirve de acojinamiento al cerebro y lo protege del contacto con el cráneo. El cerebro sí tiene regiones que regulan diversas funciones, pero no son las del sistema frenológico de Gall.

El descubrimiento del líquido cefalorraquídeo por parte del médico francés Francois Magendie ocurrió en 1828, el mismo año en que murió Gall. Pero ni eso detuvo el apoyo a la teoría básica de la frenología.

Todavía en 1907 se inventó un frenómetro eléctrico para medir las protuberancias craneales.

En la era victoriana se creía que cuanto más pesado y grande era el cerebro, tanto mayor la inteligencia. La gente estaba encantada con las mediciones del cerebro de personajes famosos. Por ejemplo, los cerebros del novelista William Makepeace Thackeray y del estadista alemán Otto von Bismarck pesaron 1,658 y 1,907 g, respectivamente. Sin embargo, las mediciones del peso cerebral en la autopsia no significan nada, ya que después de la muerte el peso de este órgano aumenta como consecuencia del edema (acumulación de agua en los tejidos).

Fuente: Pulso Digital
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Enlaces relacionados:

La web de Maco048. Noticias:  frenología
Frenología – Wikipedia, la enciclopedia libre

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